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miércoles, abril 24, 2024

La anemia infantil en San Martín

Dos tremendos problemas parece encarar el gobierno de Martín Vizcarra, como lo son el aumento de la pobreza y la desnutrición infantil en el Perú, que se ha incrementado en los últimos tiempos, según lo que publica la prensa nacional. Evidentemente, son dos aspectos con los que debe lidiar la actual gestión y, por supuesto, los gobiernos regionales. En el caso de San Martín, los opositores del Gobierno Regional quieren responsabilizar de la situación a la actual gestión, más aún, como preguntan: si dos médicos dirigen la región, ¿por qué estamos en esta situación?

Los especialistas tienen sus propias opiniones, por ejemplo, que no hay políticas públicas sobre el tema. El problema, en mi modesto entender, es porque los burócratas nos han acostumbrado a esto de los “lineamientos de política”, que en el fondo no es más que una antalgina que se da a la burocracia porque no queremos enfrentar los problemas de fondo: las propias responsabilidades, la mediocridad de los funcionarios que “dirigen” las ´políticas´ o la ignorancia supina de casi todos ellos. Un ejemplo de mediocridad llevada a la enésima potencia es el caso de un ya ex ministro que hace poco tuvo que renunciar, pues el pobre diablo no entendió su rol. Un ejemplo más como en los casos de muchos gobiernos regionales en donde zafios, chabacanos y rematados vulgarones son parte de las gestiones y rotan en todos los puestos habidos y por haber y terminan desmereciendo las gestiones a las que ´representan´.

La anemia infantil no es consecuencia de la inestabilidad política. Es consecuencia de la cultura alimenticia que se ha inculcado a la gente y a los niños principalmente, como ya lo dijeron muchos, pues no estoy inventado la pólvora. Y se nos ha inculcado el consumismo de la llamada comida chatarra que muchos consumen con la idea de así están siendo parte de la modernidad, pues al igual que un niño de Pensilvania consume una hamburguesa, igual que un niño del barrio La Hoyada, en Tarapoto, que al hacerlo, se considerará parte del ´sistema´. Los neoliberales dirán que estoy en contra de la libre empresa y de la libertad, que es otro tema en donde se ha metido un contrabando más grande que el morro de Calzada o el cerro del Ampiurco.

Hace poco he ayudado a desarrollar unas políticas públicas sobre cómo solucionar el problema de la desnutrición infantil para el proyecto de una municipalidad provincial. Pero el asunto no es solo formularlas, sino ¡creer en ellas!, partiendo de lo que tenemos en los pueblos. Y como una idea: hoy día si un niño no toma una taza de leche enlatada pareciera que se acabará el mundo. Y no es así, mi querido Gilberto. Los sanmartinenses recordarán que hasta el año 1975 no conocíamos la leche Gloria y éramos felices. Nos bastaba nuestra pururuca, nuestro quaker (este si teníamos un poco de guita), nuestro pescado asado al carbón y su inguiri sacalágrima o su plátano carantin, que el mismísimo primer ministro, César Villanueva Arévalo, lo recordará, e íbamos a la escuela cantando y jugando y llevando un solo cuaderno.

Espero que el Gobernador Regional lo haya entendido. Y creo que sí, porque inteligente es el señor.

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