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sábado, mayo 4, 2024

Recrudece guerra comercial entre Estados Unidos y China

Como es ya conocido, Estados Unidos y China protagonizan una acalorada disputa comercial desde hace más de un año. Ésta inició en marzo de 2018 con amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, acerca de imponer aranceles a China, acusándola de prácticas comerciales desleales. Estas amenazas se concretaron finalmente en julio de 2018, cuando Estados Unidos anunció la primera imposición de aranceles a China. En los meses siguientes llegaron a ser gravados productos chinos importados por un valor de US$ 250,000 millones, a lo que China respondió con una medida similar a los productos estadounidenses, por un valor de US$ 110,000millones.

En los meses siguientes continuaron las tensiones entre ambos países. Sin embargo, a finales de noviembre de 2018, tras la realización de la cumbre del G20, acordaron una tregua temporal por un plazo de noventa días, que duraría hasta el primero de marzo. La idea era, en ese tiempo, trabajar y concretar un acuerdo comercial más amplio. Este plazo se extendió, aunque sin riesgos aparentes de un mal desenlace.

Desarrollos recientes
No obstante, el 10 de mayo el presidente estadounidense acusó a China de retroceder en los acuerdos pactados, por lo que anunció el incremento de 10% a 25% de la tasa arancelaria aplicable a bienes por un valor de US$ 200,000 millones. Tres días después, China anunció la elevación de aranceles a productos estadounidenses por un valor de US$ 60,000 millones (decisión que entró en vigor el 1ro de junio, en respuesta a la aplicación inmediata de las medidas de parte de Estados Unidos). Sin embargo, todo se intensificó el 15 de mayo, cuando el Departamento de Comercio norteamericano incluyó a la firma tecnológica china Huawei en la lista de empresas cuyos insumos y servicios están prohibidos de ser utilizados por las empresas estadounidenses.

Una decisión que generó, casi inmediatamente, que Google anunciara la restricción del acceso de Huawei a su sistema operativo.

Efectos
Previamente, ya se estaban observando algunos efectos negativos de este enfrentamiento comercial, como, por ejemplo el fortalecimiento del dólar frente al resto de divisas mundiales, una caída en los precios de los commodities, además de una afectación al comercio global y revisiones a la baja para las perspectivas de crecimiento mundial.

Pero los efectos negativos de esta nueva fase de la disputa, que toma tintes de una guerra fría tecnológica, resultan mucho más difíciles de estimar o prever. Y es

que, la cadena de suministro tecnológica global es un entramado bastante complejo, con firmas fabricantes de hardware en todo el mundo que dependen de insumos y servicios de China. Cabe señalar que estas empresas tienen un valor de mercado de US$ 5 billones (millones de millones).

La disputa se inició en marzo de 2018, cuando Estados Unidos acusó a China de prácticas comerciales desleales. Finalmente, en julio de ese año, se inició la imposición de aranceles de ambos lados.

Por el lado comercial, los mayores aranceles en parte han venido siendo absorbidos hasta ahora por productores y consumidores, pero también se han traducido en desvíos de compras desde China hacia otras economías. Vietnam y Taiwán estarían entre los principales beneficiados, según Bloomberg, pues estarían recibiendo pedidos de fabricantes estadounidenses y de otros países que antes recurrían al gigante asiático. (con información de ASBANC)

 

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