Todo el mundo se ha dado cuenta que nos estamos quedando sin bosques. En el Bajo Mayo, por ejemplo, podemos darnos cuenta que existe una agresiva expansión urbanizadora que, posiblemente, cuenta con la aprobación de funcionarios quienes se preocupan más por los procedimientos y por la “legalidad” y no por el futuro de la gente. O podría ser por la no existencia de normas que orienten cómo debe ser el crecimiento de la ciudad. O porque vivimos en la tierra de nadie donde deciden los que tienen el poder de hacer lo que les viene en gana y porque algunas autoridades y funcionarios se manejan con el dogma de que el libre mercado debe gobernarlo todo.
El Arq. Tedy del Águila Gronerth, alcalde de la Municipalidad Provincial de San Martín, ha tenido la gentileza de recibirnos por primera vez donde le explicamos el plan que tenemos para la ciudad; el mismo plan que le presentamos al alcalde Walter Grundel Jiménez, quien “nos mandó de taquito” ante el gobernador Víctor Manuel Noriega y quien lo derivó al gerente del Proyecto al Huallaga Central y Bajo Mayo, Eduardo Vásquez Contreras y quien lo derivó, asimismo, a otro funcionario para dormir el sueño de los justos.
El poco o nulo interés de los poderosos funcionarios fue de que bastaba solo con hacer un parque temático donde “conozcamos” al chullachaqui, al yacuruna, al ayaimaman, al urcututo y poner un museo para divertirnos y ´culturizarnos´. ¡Así no es, amigos! Pero un bosque urbano no es igual a un parque temático; tampoco a un parque zonal, como creen algunos.
Nos estamos quedando sin espacios para los bosques urbanos. De las 6.000 hectáreas que había en el Bajo Mayo, y que se dedicaron a la agricultura y ganadería, hoy quedan menos de 2.000 como he observado y, si sigue la tendencia, cuando el próximo alcalde le tome la posta al Arquitecto Tedy del Águila tendremos tan solo 1.000 hectáreas y ya no podremos tener esas 300 hectáreas de bosque urbano de libre acceso, como es el sueño de la “Asociación no gubernamental de desarrollo Comunicando Bosque y Cultura – Comunicando”. ¿Podríamos tener poca visión para no prever el desastre ambiental que se nos viene? Un gran bosque urbano es una maravillosa solución para muchos de nuestros problemas. ¿Se animan a compartir nuestros sueños?
Hemos estado lanzando algunas ideas sobre el gran bosque urbano para el Bajo Mayo. Algunas personalidades “inteligentes y sensatas”, pero que se definen de ‘prácticas y realistas’, lo primero que hicieron, porque no se emocionaron, es hacer las preguntas ¨de rigor”: “¿Ya saben dónde va a estar ubicado el bosque? Eso es lo primero”. Luego: “¿Ya saben cuánto va a costar ese proyecto? Es lo primero que tienen que traer”. Y no faltará alguien que diga: “¿Para qué queremos un bosque urbano? Porque eso cuesta dinero y si alguien quiere su bosque que compre su chacra y soluciona su problema”.
Invocamos a las autoridades a considerar este tema con seriedad e interés. Tenemos que adelantarnos al desastre ambiental. Mañana ya no tendremos esa oportunidad. [Comunicando Bosque y Cultura].