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lunes, mayo 6, 2024

Manzanas acarameladas

Por: Karina Roncal Alva

Como todos los placeres que podemos darnos en esta vida, especialmente, los que involucran un buen cargamento de culpa, las manzanas acarameladas tienen exactamente la misma duración que los fuegos artificiales. Después viene el remordimiento, el arrepentimiento y la super tranca….“volver a comenzar”.
Siempre tenemos una real encrucijada, lo logramos, sobrevivimos lo peor, perdemos la batalla, más no la guerra y llegamos al primer campamento del Monte Everest de la independencia emocional; aún somos pacientes de alto riesgo, en observación, pero estamos solos, somos libres (seámoslo siempre), pero no tenemos la más remota idea de cuál es el paso siguiente. ¿Cómo se hace para encajar este nuevo, digamos, estatus de vida: la soltería pura y dura?… Bueno, tenemos dos opciones: el desierto de Sechura o el camino de las manzanas acarameladas.
En catarsis de un nuevo año, ese con el cual no solo preparamos las 12 uvas, velas, champagne, rosas y el pavo, sino que trae consigo una vida nueva. Ahora estamos frente a una realidad tan ancha, ajena e inexplorada, como el desierto de Sechura. Estar y permanecer sola el tiempo necesario no es fácil por tres simples razones: porque es una situación desconocida, porque no estamos socialmente acostumbradas (nadie te dice: “si estás sola, serás feliz y podrás elegir mejor a la persona que esté a tu lado”, sino un poco más y te cuelgan en el cuello un letrerito que dice “leprosa social” o “¡cuidado!, nadie la quiere”) y porque les gusta a las que aún no han disfrutado ese estado.
Sudando y dudando frente al desierto algo llama nuestra atención, un oasis, un cartelito que dice: “ven, por acá es más fácil”, suena demasiado tentador. ¿Qué es? No solo es una manzana de la tentación, sino un camino entero y lleno de manzanas jugosas por dentro y acarameladas por fuera, más conocidas como: “el camino fácil”. Este camino muy distinto al desierto. Es un camino conocido, sabemos cómo actuar en las situaciones que se nos presentan y, desde luego, nos decimos en un susurro para que nadie más escuche: cualquier cosa es mejor que estar sola.
¿Cuáles son estas manzanas acarameladas?
a. De arranque, volver con el ex con el que habíamos terminado.
b. Peor aún, rogarle al ex que nos ha dejado que nos dé una oportunidad.
c. Buscarle un reemplazo temporal o permanente al ex.
d. Buscar o dejarse florear por Atilios o Atilias.
e. Quedarnos en nuestras camas llorando sin hacer nada.
f. Todas o algunas de las anteriores.
Al igual que comenzar una dieta, al principio es totalmente sacrificado y duro, aunque tenemos cierta dosis de voluntad y emoción, cuando cumples los días de jugo de toronja, uvas y media lata de atún, de pronto piensas que ya te esforzaste demasiado, que te duelen las piernas de tanto ejercicio y necesitas una recompensa que puede ser: una medalla a la dedicación o un premio al temple, decides mimarte con un tacu-tacu a lo pobre con sábana de lomo apanado, doble cebollita y una jarra de chicha, como ya rompí la dieta, ¿qué tal un tamalito, pancito y su cafecito bien caliente para ver echadita en mi cama la nueva temporada de Friends?
Cada nuevo comienzo tiene su toque de adrenalina, son lo máximo, pero lo son más las pequeñas y significativas satisfacciones que somos capaces de darnos. La diferencia entre placer y satisfacción en este panorama es que el placer es satisfacer un deseo y punto, mientras la satisfacción es lo que llega después de haber cumplido una meta, por más chiquita que sea. Y vaya que esto nos produce un placer duradero, resultados a la vista.
Entonces ¿seguimos el camino de las manzanas acarameladas o exploramos el desierto?, ¿qué dicen? …A las finales de vez en cuando tener un coma diabético con manzanas acarameladas, no hace mal, de paso recordamos lo felices que somos cuando estamos en un circo, con la manzana acaramelada y algodón dulce….en la vida amorosa es así, siempre se recae, te empalagas de tanto dulce y comienzas la dieta, sola, hasta que te hartes de ello y desees pecar….y caemos en la dulce tentación, luego sigue el circulo vicioso, cansado, excitante y tormentosamente placentero……Next
“Lo que más detesto de la Navidad y Año nuevo son las canciones de Los Toribianitos, lo que más me gusta es tener permiso de ser doblemente cursi y decirles que: ¡los quiero mucho!…ya es un nuevo año, puedo volver a ser la misma, ya sin tanto amor navideño, menos afecto, más quema sangre y cara dura….volví a ser yo “

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