Lo que pensamos y no decimos las mujeres
por Madame Agnetha
Luego de una semana (tan rápido) de idas y venidas, de sueños y despertares, de amores y desamores, tengo que sentarme (que no es precisamente lo que más me gusta) para contar algunas anécdotas que quiero compartir con las mujeres que callamos, pero bien que lo gritamos cuando nos encontramos con las camaradas.
Suelo sonreir a medias cuando escucho a mujeres muy bien preparadas, profesionales, hasta reconocidas, que se matan, se jalan las mechas (hasta las extensiones), cuando, de cualquier forma quieren dejar bien en claro que gustarnos la cocina puede ser denigrante y hasta se sienten algo superiores (pobrecitas) porque la “cocina no es para ellas” .
Respeto sus “no gustos”, pero, ¿acaso no tuvieron una madre o mujer cerca (y por qué no un varón), de quien disfrutaban de sus mejores platos?. No me considero una mujer ni feminista ni machista en extremo, creo que los gustos están en cada uno y que, una mujer entre a la cocina y le fascine, no le hace menos o que suceda lo mismo con un hombre, tampoco le hace menos varonil (son tan lindos en la cocina, cocinando claro).
Los complejos de querer hacer ver que las mujeres que se dedican a las labores del hogar son menos que las que trabajan en una oficina, podría ser gravísimo. Pues he tenido oportunidades (y las sigo teniendo), de tener que quedarme en casa y dedicarme un día entero (y semanas también) a realizar labores domésticas (es cansado sí, pero no es el acabose) y es una chamba muy fuerte que merece todo el respeto del mundo.
Mi camarada Cuculí, resume a este tipo de mujeres como “mentecatas”, y aunque no exista un significado “formal” de esa palabra, hasta coincido con ella, pues la mujer (también el varón) no vale por la profesión o por el trabajo donde esté o el cargo que ostente, mientras más humilde una persona, más bella es.
Dejando de lado a las mentecatas, hoy tengo una noche llena de hermosas mujeres, donde nos pondremos a leer poesía y cocinaremos deliciosos postres y los disfrutaremos recordando a Benedetti a Gioconda Belli… no seremos mujeres de la alta alcurnia, ni de altos cargos, pero nos sentimos en las nubes al leer, disfrutamos de una buena conversa de comadres, somo excelentes profesionales, nos consideramos madres imperfectas pero amorosas y somos capaces de ser buena compañía en cualquier parte de este planeta….
Nos vemos “mentecatillas”, hasta la otra semana.