Desde que la banda ancha 3G llegó a Iquitos, la experiencia cibernética de muchos ciudadanos ha cambiado.
Una de ellas es la de Juan Carlos Torres Pezo (29). “Si bien el Internet de banda ancha funcionará a partir del 1 de abril en domicilios y cabinas, quienes usamos móviles para nuestras actividades estamos muy satisfechos porque las descargas de videos y redes sociales ya no son eternas”.
Este vecino recuerda que hace solo dos días tenía que esperar la madrugada para intentar visualizar un video o revisar su Facebook en su celular. “La gente está haciendo más descargas, los megabytes se van más rápido y ahora nos ves corriendo a recargar los celulares”, añade entre risas.
“La banda ancha funciona como una carretera: a más carriles, más carros transitan a mayor velocidad y al mismo tiempo. Los datos son como los autos, es decir, la capacidad de transmitir datos aumenta con la banda ancha”, sostiene.
Los beneficios son múltiples. Por ejemplo, la visualización en YouTube de un video de 30 minutos en una computadora en Iquitos ahora puede hacerse en cargas no continúas. “Demorabas dos horas para ver el video completo. Ahora eso mejorará”, afirma con entusiasmo Juan Carlos Torres.
VENTAJAS EN EDUCACIÓN
Con Torres coincide el ciudadano Martín Quiroz Lozano (28), un joven profesor de la fundación Cristiana Liderando, quien suele esperar entre cinco y seis horas para que se descargue un video educativo en YouTube.
“Preferimos descargar los videos a la computadora, porque verlos en forma instantánea es imposible. Pienso que ahora con la llegada del Internet 3G, las clases que hago serán mejores”, dice Quiroz.
Alberto Mejía, especialista en Medios Interactivos, cree que la banda ancha potenciará el autoaprendizaje y las personas se motivarán a consumir video tutoriales. “Tengo alumnos que vienen de Iquitos y me cuentan que allá no pueden hacer uso de tutoriales. Eso cambiará”, anunció.
Los cambios ya empezaron a notarse también en la vida en la vida de Frank Guedes Ruíz (37), quien demora dos horas en llegar a su centro de trabajo, en el colegio 9 Noviembre, situado en una zona rural donde la energía eléctrica se distribuye por generadores eléctricos y que por ende, carece de Internet.
“Estoy emocionado, por primera vez, llevaré un curso virtual para capacitarme y aprender de otras experiencias educativas”, declara Frank.