En estos tiempos de pandemia, las conversaciones personales y virtuales han versado sobre cómo mejorar la gestión pública. Y ha llegado el momento de salir del cuadro y tomar las decisiones de pensar en el bienestar de los ciudadanos. Necesitamos consolidar procesos de desarrollo irreversibles. Y eso se hace partiendo de la institucionalización de todo lo que nos proponemos.
Revisando las normas vemos que casi todo está normado. El gran problema es la carencia de visión y no entender que esta tiene que ir acompañado de las acciones estratégicas que deben ser impulsadas por los tres niveles de gobierno, porque nadie está fuera del juego. Alguna vez, por disposición de la autoridad regional, dirigí un equipo para ordenar y sistematizar todos los documentos normativos y de gestión publicados en la región San Martín, y quedé sorprendido y horrorizado al mismo tiempo cuando descubrí trabajos de gran calidad técnica cuyas recomendaciones tendían a señalar derroteros para lograr una vida feliz para los ciudadanos. Pero se quedaron encajonados y terminaron siendo letra muerta.
El gobierno central fija las políticas nacionales y los otros niveles deben impulsarlas y convertirlas en acciones, pues todo está enmarcado en el Plan Nacional de Desarrollo que tiene su base en el Acuerdo Nacional. Y por todo lo que ha pasado la región, es de suma urgencia impulsar el Acuerdo Regional por San Martín en los campos de la salud, educación, agricultura, medio ambiente, turismo, infraestructura, desarrollo urbano, etc. y que estas se midan dentro de plazos definidos. No hay otra salida para que enrumbemos la región por el derrotero correcto. En el campo agrario y urbanístico, por ejemplo, hay un feroz proceso de invasión de las zonas rurales que se están lotizando de manera precaria y por intereses monetaristas y los gobiernos locales son los responsables por permitirlo y se están descuidando para no abordar este problema.
Es importante que los gobiernos locales, a través de sus alcaldes, comprendan que ellos son los gestores del desarrollo económico y social de sus territorios. Debe destruirse el esquema de que las entidades son compartimientos estancos que marchan en paralelo y que por casualidad alguna vez coordinan y que esto ya es un logro, cuando no es así. Sin embargo, es justo reconocer que en San Martín se va realizando una mayor coordinación entre los tres niveles de gobierno, faltando tan solo en definir hacia dónde queremos ir.
Para impulsar este Acuerdo Regional deben establecerse plataformas sólidas que sean las que ejecuten las acciones de política. Establecer qué metas queremos lograr. En el campo agrario y ambiental existe el Comité de Gestión Regional Agrario y esta debe ser la única instancia que impulse el desarrollo agrario sostenible. Como plataforma de coordinación, el CGRA es la más brillante idea que se ha producido en el sector porque articula los tres niveles de gobierno.
El Acuerdo Regional por San Martín debe contener esa filosofía del desarrollo armónico, que nos lleve hacia la felicidad. Entender esto es fundamental. Y a partir de aquí solo queda trabajar con voluntad y firmeza. [Comunicando Bosque y Cultura].