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jueves, abril 18, 2024

LA CLASE MAGISTERIAL DEBE TENER LA OPORTUNIDAD DE DIRIGIR EL PAÍS

Leía en las redes sociales y el quien escribía representa uno de los espíritus resentidos, de fracaso y resignación, cuando decía: “que el sindicato es únicamente para luchar por los derechos de los maestros”.

Se refería precisamente a la candidatura de Pedro Castillo a la presidencia del país, como quien obstruir la carrera que emprendió. Hagamos memoria, ¿Cuántos años viene luchando el sindicato de los maestros para conseguir justas reivindicaciones? ¿A cuántos gobiernos les importó o les importa esta lucha? A ningún gobierno en esta frágil democracia que tenemos le importa la lucha del magisterio, y como tal, poca importancia le dan a la educación.

Son varias generaciones y desde que se crea el SUTEP el 06 de julio de 1972, siempre el maestro ha ido viviendo una suerte de paralizaciones y huelgas indefinidas, únicamente por dos cosas básicas: estabilidad laboral y justa remuneración económica.

El primero, relativamente viene siendo ejercida por el maestro, pero ya con la nueva Reforma Magisterial, solamente es cuestión de tiempo para que ese maestro sea despedido de su actividad laboral como docente, sin pena ni gloria. Ni qué hablar de la parte económica, nunca, ningún gobierno en este país mejoró el sueldo de los maestros de una manera digna.

¿Dónde estaban los dirigentes para frenar esta situación abusiva de los gobiernos de turno?
Muchos se coludían y siguen coludiéndose con la clase gobernante. Convocaban a luchas a los maestros, y ellos (los dirigentes), ya tenían todo arreglado bajo la mesa con los gobernantes de turno. Por ello, los maestros perdieron muchas huelgas y consiguieron poco o nada en sus justas reclamaciones.

A este tipo de lucha permanente desde el sindicato, con huelgas y más huelgas, se refiere aquel personaje de las redes sociales: toda una vida luchar contra una clase gobernante que no prioriza la educación, es agotarle en sus propias penurias al maestro. Considero que debe haber un momento ya, y una legítima oportunidad para que la clase magisterial asuma el control político en el país.

SER CONGRESISTA EN EL PERÚ,  ES LO MÁS FÁCIL
Que desde el Minedu se determinen políticas justas con presupuestos justos a favor de toda la educación; que de las universidades salgan los mejores profesionales a trabajar a favor de la sociedad; que el maestro al estar bien pagado, debe estar en permanente actualización; los colegios deben estar bien equipados con la tecnología de punta; y los estudiantes que son la razón de ser, los mejores atendidos a través de políticas públicas de trabajo a los padres de familia, para que ese estudiante no solo sea bien atendido académicamente, sino sobre todo, bien alimentado.

Estas iniciativas a favor de la educación, particularmente a favor del magisterio nacional, no lo quieren hacer los gobiernos que llegan al poder. De poder, lo pueden, pero no lo hacen, porque no es un sector que da dinero; no es una clase trabajadora que produce dinero, por ello apuestan por las minerías, por las grandes empresas monopólicas que se convierten en los únicos millonarios que manejan y deciden la economía en el país; por ello apuestan por la explotación de la tierra, la agricultura, la construcción de carreteras, y todo esto llega a través de licitaciones millonarias.

Aquí está la gallina de los huevos de oro. En este escenario el gobernante ya no piensa bonachonamente como pensó cuando era candidato. La cabeza del gobernante empieza a saturarse de mil pensamientos de interés, pero intereses a favor suyo con los millones que se invierten en las construcciones.

Al sector educación, particularmente a la clase magisterial, lo miran de reojo, si es que lo miran. Nuestra clase gobernante al tener siempre la mente chata, no tienen el tiempo de pensar que, en la educación, con una buena formación del niño desde inicial, pasando por la primaria, la secundaria y la universidad o institutos superiores, ese estudiante no tuviera tiempo de pensar en lo más fácil. Aquí está también la mina de oro, cuando ese educando empieza a revolucionar su mente con una buena formación.

¿Cuál es lo más fácil? Ser Congresista. Ya llegamos al desenlace de una fatal educación que tenemos, producto de pésimos sistemas políticos que no exigen ningún requisito al ciudadano para postular a ser autoridad.

Sin más estudios que la secundaria, suficiente para que postulen al Congreso, incluso hasta con estudios solo de primaria, como ocurrió en el Congreso nefasto del fujimorismo que fuera disuelto el 2019.

Con una buena educación, ese estudiante de la secundaria y la universidad, no solo no tendrá espacio cerebral para que piense en lo más fácil, también, sobre todo, lejos será de él o de ella, para que sea seducido o seducida por la corrupción, que fue el cáncer de varias generaciones de gobiernos del pasado.

¿Puede acabarse esto? Claro que puede no solo acabar, sino vivir nuevas generaciones impecables del pensamiento. Pero, para esto, los que nos gobiernan tienen que dar el ejemplo de ser los pensamientos y las acciones impecables.

De lo contrario, Habrá siempre gente recalcitrada en sus propias convicciones de ceguera dentro de las filas del magisterio nacional y que dicen ser luchadores y que nunca ganaron ni una batalla dentro del magisterio a favor de los maestros.

Una clase magisterial desde las aulas lo viene haciendo ya desde muchas generaciones: formando mentes que revolucionen las actitudes. Si esto es la lucha del maestro desde las aulas, por qué no lo podría hacer desde el poder, una clase magisterial que gobierne para los maestros, para los estudiantes, para los padres de familia, para todas las clases trabajadoras… donde el Perú empezaría el camino de un nuevo amanecer.

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