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domingo, mayo 5, 2024

LA TIERRA Y EL MUNDO ARDIENDO

Es muy alarmante ver las noticias acerca de países del norte como Rusia, Canadá, Estados Unidos, etc. que están reportando temperaturas jamás antes alcanzadas de más de cuarenta y ocho grados centígrados (¡y se espera más!) ¡en tierras que eran conocidas como las más frías del mundo!

Sin embargo, no debemos tomar las cosas con espíritu de excesivo temor que nos polarice exclusivamente en lo subjetivo, sino naturalmente, acudiendo a la visión dialéctica, contrastando, para llegar a una sabia síntesis que nos permita la mejor Matesis. En ese sentido, por ejemplo, el Dr. Serge Raynaud de la Ferrière, nos aporta uno de los puntos de vista también defendido por muchos científicos:

“Sobre la cuestión de los nevados que pierden sus casquetes de hielo es muy natural y un fenómeno en el cual generalmente no hay que buscar un hecho esotérico. La Tierra tiene una vibración calorífica, sino desde hace varios años seríamos un ‘iceberg’…El hecho sucede en varias partes del globo y no es nuevo, hay cambios así y de toda índole (…) piense [usted] en la Tierra como un Yoghi practicando el ‘tumo’ tibetano: la manera de concentrarse en la nieve y haciendo el calor interno al punto de secar manteles humedecidos con agua que se ponen sobre las espaldas (…) No puede olvidar los rayos electro-telúricos que laboran constantemente para mantener el equilibrio de la temperatura externa de la Tierra, pero se hace también en distintas épocas y en varias comarcas cada uno a su vez. El ‘GROENLAND’ o país verde fue en su origen una comarca forestal, allí es al contrario lo que se produjo, igualmente que donde hay islas pasan al agua y nuevas tierras nacen del océano…etc…”

Sin embargo, a esto hay que AÑADIR la tesis generalizada del CALENTAMIENTO GLOBAL por la excesiva contaminación industrial además de la desertización por la “producción “y matanza organizada de trillones de animales. También la destrucción de la protección magnética y del ozono, etc. ya mencionadas por el Maestre Dr. David Juan Ferriz Olivares (1991).

Por otro lado, está la visión profética del Cristianismo Crístico, que anuncia la dramática posibilidad del “Diluvio de Fuego”:

“…el comienzo del siglo XX había coincidido con el del “PERÍODO DE TRANSICIÓN” entre el Ciclo del Hijo que llega a su fin, y el del Espíritu Santo que se aproxima, y hemos llamado la atención sobre la grave responsabilidad que incumbe al hombre de hoy en cuanto al cumplimiento de este período. En efecto, no es imprescindible esperar que, en caso de fracaso, el mundo tendrá la posibilidad de volver a una especie de “STATU QUO ANTE” [lo que refería Albert Einstein de “volver a la edad de piedra”]. La Era del Espíritu Santo tiene, por así decir, una doble cara —la del reencontrado Paraíso y la del Diluvio de Fuego. Dios, no lo olvidemos, es también un Fuego Devorador: en caso de fracaso, la situación evolucionará rápidamente hacia un cataclismo escatológico.”

A esto, completa el Dr. Raynaud de la Ferrière (@Magnafraternitasuniversalis) con el factor de la Reeducación Humana:

Este “fin del mundo” (o mejor dicho de un mundo, es esperado en todas partes y todas las profecías lo mencionan) puede ser evitado, sin embargo, mediante la emanación de fuerzas armónicas, pues de hecho el fin de un estado de cosas no proviene más que de un desequilibrio: basta sostener el equilibrio para conservar tal estado. En pocas palabras, el desequilibrio que se hace más y más fuerte y que será la causa de un enorme cataclismo proviene del estado de alma de la mayoría de los humanos, por lo cual bastaría educar suficientemente aprisa a la humanidad para evitar esa gran catástrofe y dicha educación viene a quedar en manos de los Iniciados quienes van a intentar una prolongación de la raza humana.”

Otro aspecto del FUEGO es el sentido emocional y espiritual, por ejemplo, las TRES GUERRAS MUNDIALES que significan una TRIPLE prueba de Fuego para la humanidad. Prueba Física (Primera Guerra), del Alma (Segunda) y la Tercera Guerra correspondiente a la prueba ESPIRITUAL la cual:

“se presenta, como una guerra de “todos contra todos” ─ expresión importada del Apocalipsis de Juan ─ cada vez menos internacional pero, bajo el exterior civil, comerciante, religiosa, cultural, culto, informativa, estética, étic, comunal, terrorista y criminal, profundamente individual, difusa, íntima e inaparente. Es una guerra diaria que se manifiesta a través de diferentes ámbitos y actividades muy concretas, como la educación, el cine, urbanismo, tecnologías de la comunicación, psiquiatría y psicología o relación trabajo / ocio. Pero a pesar de estos aspectos empíricos superficiales, esta guerra, hay que decirlo, es espiritual en esencia (…) se inició con las protestas y levantamientos de estudiantes estadounidenses en los campus en la década de 1960 y a nivel geopolítico y civilizatorio implica el enfrentamiento del marxismo chino y el capitalismo occidental, sus respectivas mentes y lógicas (…) la prueba de este tercer fuego, es una prueba de conversión (en el campo trascendental), reintegración (de la ciencia, el conocimiento, el saber hacer y el conocimiento del conocimiento y en el poder), la unificación (de todos los poderes y todos los campos del ser) y de comunión (en la Presencia universal del Verbo). Así que aquí están las fuerzas presentes, más precisamente los poderes que enfrenta el hombre contemporáneo. A cada uno le toca elegir para elegir su bando.”

¡A trabajar entonces!

 

 

 

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