En noviembre del año pasado el Ministerio de Transportes y Comunicaciones aprobó la transferencia de 22 millones de soles a 26 ciudades del país para la instalación de Ciclovías.
En la región San Martín, las ciudades beneficiadas fueron Moyobamba y Tarapoto, que según la norma serviría como medio de transporte alternativo en estas ciudades, para entre otras cosas, frenar el contagio de la COVID 19.
En un país con poca tradición de ciclismo urbano y pocos avances en la promoción de la bicicleta como medio de transporte, la justificación de los esfuerzos infraestructurales y promocionales radica en la necesidad de proveer una alternativa saludable y sostenible al transporte público. Por su bajo costo y nulo impacto negativo, la bicicleta se destaca como el mejor modo alterno para usuarios afectados por la reducción del aforo en el transporte público.
Según el MTC, la implementación de las ciclovias es de carácter temporal, Sin embargo, también se genera resistencia por sectores de la población aferrados a la motocicleta. Es crucial que los actuales esfuerzos de implementación tengan el mayor rigor técnico posible para tener más impacto y generar una buena base para futuras expansiones de la red.
No sólo Tarapoto
Una de las principales críticas a las ciclovias son el ancho de las pistas, lo que no permitiría estacionarse a los costados, buscando otros espacios lo que viene generando controversia en la población.
En Huánuco, Iquitos, incluso Tacna, la población se viene oponiendo al proyecto ya que se sale de su zona de confort, lo mismo pasa en Tarapoto, donde se señaló que las zonas críticas se puede realizar nuevos trazos, y es acá donde entran intereses politiqueros de personas que desean que el desorden y la improvisación continúe en las calles.
Las ciclovias serán importantes para la cultura víal de una ciudad, como, por ejemplo, los motocarros, motos lineales y automóviles, sólo pueden desplazarse a 30 kph. Por las calles y jirones, y a 50kph, en las avenidas; estas normas son enseñadas cuando el poblador va a sacar su brevete, lamentablemente no se respeta, ante la pasividad de la Policía de tránsito.
Se habla además del término Ciclovías de la Muerte, pero si se respeta el kilometraje máximo, la ciudad no tuviera accidentes que lamentar.
A la ciudad no puede ingresar carros de gran tonelaje, sin embargo, sucede todo lo contrario ante la pasividad siempre de la Policía de Tránsito, que a su vez permite el estacionamiento en zonas rígidas de la ciudad.
Con la ciclovía rediseñada sus trazos en zonas críticas, y con un mejor ordenamiento de tránsito, podemos convertirnos en la ciudad amigable con el medioambiente, no perdamos esta oportunidad.
Texto de Imagen: En Huanuco pasa lo mismo