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viernes, abril 26, 2024

La hora de las regiones está llegando, pero: Votando contra la mercantilización de la política, cerrando las puertas a quienes ven a la política como un vil negocio y al Estado como un botín.

En las regiones, existe una tendencia obsesiva al obrismo. “Obras son amores”, es la habitual cantilena de los políticos y este artilugio, más carreteras, puentes que terminan en “elefantes blancos”, compra de maquinarias, dice para mantener y hacer más caminos “so-pretexto de integrar”; según la lógica doméstica y facilista, con obras se ganan votos y de yapa las “coimisiones”.  En vez de trabajar por ciudades amigables y sostenibles, en vez de luchar contra la anemia de la niñez y fortalecer las capacidades de nuestros niños y jóvenes. Es que los niños y adolescentes NO VOTAN. 

Por: Róger Rumrrill 

Las próximas elecciones regionales del 7 de octubre de este año 2022 pueden ser un hito y una inflexión en la política nacional: millones de electores de las regiones ricas de bienes naturales, pero empobrecidas, marginadas segregadas, olvidadas e invisibilizadas en uno de los países más hipercentralistas del mundo, caso del Perú, podrán estar iniciando con su voto y su decisión lúcida y democrática un verdadero parteaguas en la historia política del Perú. 

Votando, en primer lugar, contra la mercantilización de la política, es decir, cerrando las puertas de más de 2 mil alcaldías y 26 gobernaciones regionales a quienes ven a la política como un vil negocio y al Estado como un botín; rechazando con firmeza y sin atenuantes al canibalismo político que es una pandemia tan mortal o más que el coronavirus y cerrando herméticamente la caverna de la corrupción, una de las pestes más letales que infesta y cancera el cuerpo del país. 

No solo eso. Los millones de peruanos que instalarán nuevos gobiernos regionales y municipales desde octubre de este año deben construir poderosas coaliciones y estructuras de poder popular, para hacer posible los cambios y transformaciones que requiere con urgencia el Perú y el proceso de descentralización y regionalización en el país. 

Un proceso que empezó tempranamente en los 80, con un primer diseño institucional; que en 1989 creó las primeras 12 regiones y que, en el año 2002, con la Ley 27680, la Ley de Reforma Constitucional, puso las bases de la descentralización, fundamental para el desarrollo económico y democrático del país. 

Pero un proceso que a estas alturas de la historia necesita cambios e incluso un relanzamiento para salir de la atascada realidad en que nos ha hundido la pandemia del coronavirus, la crisis civilizatoria, el cambio climático y el neoliberalismo que es una fábrica de pobres y de desigualdad (Thomas Piketty, dixit). 

Aprovechar la época de las vacas gordas 

Uno de los retos y desafíos de las regiones y municipalidades será sacarle el mayor beneficio y provecho al nuevo ciclo de los precios altos del oro, el cobre, el zinc y otros metales en el mercado mundial. Habitualmente estos ciclos son cortos y pasajeros. 

Un ejemplo de esta prosperidad efímera es el canon y las regalías que solo en el año 2021 alcanzaron la suma de 6,141 millones de soles, la cifra más alta que se transfirió a las regiones y municipalidades en 18 años. De esta cuantiosa suma, un 78 por ciento correspondió a las municipalidadesPero esos municipios dejaron de ejecutar el 34 por ciento de esos fondos. Solo Ancash recibió 1,132 millones de soles en canon y regalías. 

Casi siempre, las causas de la baja ejecución, tal como señalan los organismos especializados, es la falta de equipos técnicos y la inestabilidad política y por supuesto el mal endémico del Perú: la corrupciónEso explica tanto la paralización de las obras, como la mala y pésima calidad del gasto. Las cifras oficiales indican que solo el 22 por ciento de las trasferencias se invirtieron en lo que es vital en las regiones y municipios: educación, salud y saneamiento. 

Hay en las regiones, una tendencia obsesiva al obrismo. “Obras son amores”, es la habitual cantilena de los políticos y siguiendo a pie juntillas este artilugio, construyen pistas, “elefantes blancos”, coliseos, monumentos, etc, porque con las obras se ganan votos y las “coimisiones”. Nelson Shack, el Contralor General de la República ha señalado que el Perú perdió 23,000 millones de soles en corrupción, en “coimisiones”, en el año 2019. Esa suma representa el 15 por ciento de la ejecución neta del presupuesto nacional. 

Frente a esta calamidad moral y social, se sugiere que se dicte una norma urgente e imprescindible para que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) conforme un equipo de alta solvencia técnica que asesore a todos los gobiernos regionales y municipales que se benefician con el canon y las regalías. 

Este equipo, debe determinar la prioridad de las obras de acuerdo a las necesidades más apremiantes, los costos, la calificación de las obras. De ese modo, la calidad de las obras mejorará y también disminuirá o se eliminará la corrupción. 

No matar a la gallina de los huevos de oro 

Los buenos precios de las materias primas de este ciclo son como la gallina de los huevos de oro, que la corrupción y el mal gasto puede matar: la inversión debe apuntar como prioridad en las regiones y todo el país a la diversificación productiva y la obtención de valor agregado de las materias primas. En el caso de la Amazonía la creación de una bioeconomía. 

De acuerdo al MINCETUR, las regiones batieron récords en la exportación de productos en el año 2021. El líder de este ranking exportador es la Macro Región Selva con el 53 por ciento del total de exportaciones. Madre de Dios a la cabeza con el 108 por ciento, con su producto estrella, el oro; le sigue Ucayali con la exportación de palma aceitera y productos forestales con el 91 por ciento; Loreto, exportador de petróleo con el 49 por ciento; San Martín, exportador de cacao y también aceite de palma, con el 24 por ciento; y Amazonas, con solo el 9 por ciento, exportador de cacao y café. 

Las regiones de la Macro Región Sur alcanzaron el 41 por ciento del total de las exportaciones y todos ellos vendedores de minerales: Puno, envío de cobre y oro; Tacna, su oferta exportadora es molibdeno; Apurímac, Arequipa, Cusco y Moquegua son exportadores de cobre y molibdeno. 

En total, la gallina de los huevos de oro regional alcanzó un total de exportaciones de 36,727 millones de dólares, suficientes para empezar a cambiar la estructura productiva de todas las regiones, de una economía primaria-exportadora, volátil, precaria y hasta suicida a la que extractivismo rampante de las multinacionales, el gran capital nacional, el cortoplacismo, el patrimonialismo y el colonialismo nos quieren condenar por sécula seculorum. 

El registro de esta condena son las cifras siguientes, de acuerdo al Banco Central de Reserva del Perú (BCRP): el 90 por ciento de nuestras exportaciones son productos primarios. De este 90 por ciento, el 65 por ciento es minería, petróleo y gas. El 24 por ciento de este 90 por ciento, son productos agropecuarios y pesca. Este es el momento clave y crucial para las regiones y todo el país para cambiar su economía primaria-exportadora.  

Los grandes retos y desafíos de las Regiones y Municipios del Perú para la mayoría de los expertos en regionalización y descentralización, entre ellos Otoniel Velasco Fernández, se necesitan medidas urgentes para borrar y corregir las trabas, omisiones, desajustes e ineficiencias de las regiones y municipios que padecen de extrema dependencia del financiamiento fiscal y la corrupción. Una prueba de esta incapacidad es la inversión inmovilizada de 2,369 obras paralizadas con un monto de 22,453 millones, una verdadera vergüenza para un país de múltiples carencias. Esta paralización, según el Contralor de la República, Nelson Shack, se puede agravar con los nuevos gobernadores y alcaldes si todos ellos priorizan sus agendas inmediatistas y sus mezquinos intereses personales. Para evitar esta catástrofe, los votantes del 7 de octubre de este año tienen la palabra: nunca más a la improvisación, al mercenarismo político ni a la corrupción. Para resolver y solucionar estos problemas, el experto citado sugiere otorgar atribuciones a los Gobiernos Regionales para la generación de recursos propios; que la SUNAT otorgue asistencia técnica a las regiones y municipios para mejorar la recaudación fiscal y que ésta se quede en la circunscripción correspondiente; ampliar la base tributaria y revisar las exoneraciones, cobrar deudas y poner mano dura a la evasión y elusión tributarias. Y, por supuesto, no olvidarse de la clave del desarrollo regional y del país: diversificar la economía con mayor valor agregado, paralelamente dar el impulso necesario al ábrete sésamo del desarrollo humano: educación, salud, saneamiento, producción alimentaria, además de telecomunicaciones, infraestructura básica y un manejo sostenible de nuestro amenazado capital genético. “O cambiamos de rumbo y así todos se salvan o no se salva nadie”, es una de la frase del Papa Francisco. El nuevo rumbo de la historia regional del Perú lo trazarán los electores que el 7 de octubre de este año que votarán por el relanzamiento de una descentralización y regionalización que termine con el hispercentralismo sobre todo de Lima y ayude a construir un país justo, democrático, equitativo y de bienestar para todos

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