Por: Christian Marquina
Recordaba esta mañana ese tremendo pensamiento de Nietzsche que rescata el Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière en su obra “Místicos y Humanistas”:
“Se trata, pues, ante todo, leemos en “Mas allá del bien y del mal”, de instituir modas audaces, acompañadas de grandes riesgos. Aquello que planea sin cesar delante de mis ojos, es la visión de esos jefes del porvenir, es el ambiente que sería preciso crear para apresurar su llegada. Son esos también los métodos y las pruebas que convendría instituir para obligarlos a dar su pleno rendimiento. En fin, se trataría de operar un total viraje con un carácter pasado a la laminadora, dispuestos a aceptar todas las responsabilidades.
“La disciplina que formaría semejantes jefes, el temor de que ellos no puedan responder a ese llamado, he ahí, amigos míos, mis sombrías y graves preocupaciones”.
Y lo recordaba –digo- al meditar acerca de la profunda necesidad actual de expandir cada día más en el mundo las labores formativas de instituciones como la Fundación ELIC-Escuelas Libres de Investigación Científica para Niños (www.elicnet.org) y la Fundación Magna Fraternitas Universalis (www.magnanet.org) que precisamente laboran desde hace algunas décadas para formar las futuras generaciones con las cualidades que describe el pensamiento de Niezsche antes citado pero bajo los parámetros propios de esta Era de saber y universalidad presentados en el pensamiento de los Maestres Dr. Serge Raynaud de la Ferrière y Dr. David Juan Ferriz Olivares.
¿Cómo serían pues las características propias de la formación de los niños en el Tercer Milenio?, ¿Cuáles serían las cualidades o características del desenvolvimiento de un niño o una persona “típicos” de esta nueva Era?
Nos responden con claridad magistral estos autores de los cuales cito por ejemplo (sin un orden particular):
1) “FORMEMOS ESPÍRITUS APTOS A LA SÍNTESIS. Los espíritus analíticos, estrechos y pequeños, especialistas en sus trabajos minuciosos y silentes, son numerosos y su época en parte está vencida. La Nueva Era, que se destacará por la investigación sintética, tendrá necesidad de espíritus amplios, fuertes, capaces de comprender un sistema en su conjunto, y esta posibilidad cuenta mucho en la formación del carácter durante la niñez.”
2) “OBEDIENCIA ESTRICTA, SIN SEVERIDAD Y SIN DEBILIDAD, equilibrada, semejante a una ley establecida que no tendríamos ni la menor idea de derogar. Disciplina y educación razonada, obediencia dentro de la confianza, el respeto inspirado por la dignidad.”
3) COMPETENCIA NO, SOLIDARIDAD SÍ. Énfasis en el trabajo en equipo el aporte del talento individual al servicio del grupo o colectividad.
4) DESPERTAR EL SENTIDO DE SU PROPIA DIGNIDAD. ¿A qué limitamos muy a menudo lo que llamamos la educación de los hijos? A cierta manera de vivir mundana que muchas veces está en oposición directa con su naturaleza interior. Es decir, la periferia, las relaciones con los semejantes son más o menos correctas, pero el sentido de su propia dignidad ni siquiera es despertado en él, y todos sabemos el síntoma de destrucción que representan las carcajadas de los adolescentes ante la incomprensión que tienen de la vida. Para remediar eso es sumamente importante atender todas sus necesidades de saber siempre con EXPLICACIONES A SU ALCANCE PERO NUNCA FALSAS.
5) OBJETIVIDAD EN EQUILIBRIO CON LA SUBJETIVIDAD: Considerar a los hijos bajo un punto de OBJETIVO, es decir, como lo que realmente son: “seres que han encarnado en esta tierra, no para su placer ni el nuestro, sino para proseguir su evolución”. “Este punto de vista objetivo seguido correctamente, nada se opone al espíritu subjetivo (amor personal), CON TAL QUE EL AMOR PERSONAL NO PONGA TRABAS desde las primeras aplicaciones.” Esto se ve mucho en la mayoría de padres que se dejan llevar por sus emociones y “amor” en momentos en que deberían respetar la dignidad de sus hijos con la disciplina estricta causando luego que sus mismos hijos los lleguen a “odiar” por jamás haberles corregido nada correctamente.
6) “LO IMPORTANTE NO ES SOLAMENTE ENSEÑAR ALGO A UN NIÑO; es formar su espíritu para la observación y la reflexión, la crítica en la investigación y el amor a la verdad.” Todo ello dentro de los campos de la Ciencia, el Arte, la Filosofía, la Didáctica y la cultura integral. Asimismo en el DIALOGO permanente entre el investigador (especialista de cualquier rama del saber) con el niño.
Estos son solo ALGUNOS puntos de los cuales he querido resumir como vislumbres o “pinceladas” de todo aquello que reciben los niños y jóvenes formados en las ELIC y la CASA de la CULTURA de la Fundación Magna Fraternitas Universalis, en sus 60 sedes de América y Europa. En Tarapoto cursos permanentes en Jr. Rioja 218, Tlf. 525760.