22 C
Tarapoto
jueves, mayo 15, 2025
spot_img

2021 o el año de la sinrazón

Si hay un país en donde la sinrazón se ha implantado ese es el Perú. No creo que en nuestro país se haya dado tanta polarización como en este año, en donde vamos a elegir el próximo domingo al presidente de la república. El filósofo Platón planteaba que los dirigentes de gobierno deberían ser gente ilustrada, pero en esta segunda vuelta electoral peruana vamos a elegir entre dos personas que son los más descalificados y eso es culpa de todos nosotros: de nuestra casi nada calidad cívica, de nuestros prejuicios, del lavado de cerebro que viene desde la escuela, y de nuestros miedos. También, de nuestra nula capacidad para cuestionar, y sólo pensando en cuánto van a afectar a nuestros intereses las decisiones políticas que tomen los que gobiernan. Pero, también percibo un cierto sesgo discriminador y eso en el Perú es casi “natural”.

Hemos llegado a un momento en que la mentira y el descaro ya no nos sorprenden. Ahí están los titulares de la prensa, que vienen dosificando la campaña manipuladora para que los tontos crean y fortaleciendo los prejuicios y los miedos de gente normalmente ilustrada, pero que todos comulgan con la mentira atroz. Vemos ingenieros, abogados, maestros, opinólogos, intelectuales y sacha intelectuales, etc., –“normalmente” educados y buenas gentes–, sumados en la campaña, desinformando, mintiendo, manipulando y, en las redes sociales, metiéndonos miedo que una nos promete seguridad, el éxito; y que si gana el otro, nos van a quitar nuestros ahorros, vamos a perder la libertad –entendido como bien supremo—y sumirnos en la esclavitud y en la pérdida de nuestra identidad como seres humanos. Para ser sinceros,

jamás he visto tanta imbecilidad, tanta estupidez, tanta bajeza y me apena que en estos grupos haya personas a quienes aprecio y seguiré apreciando a pesar de todo.

Comprendo que he sido duro en las expresiones del párrafo precedente; pero ya las elecciones terminan esta semana y viene la incertidumbre, porque nadie nos garantizará estabilidad. Además de ello, hemos construido –como si el Perú estuviera en un proceso de destrucción permanente—un país amorfo, un país que ha adquirido como símbolo el dinero y cómo sacar provecho de él. Los valores cívicos y políticos que construyó la humanidad hace más de dos mil años parecieran reposar solo en los viejos textos de primaria, porque han desaparecido de nuestra cotidianeidad, pues ahora prevalece la competitividad, el ser el primero, en destacarte,y no interesan los medios ni las formas.

Como si el Perú fuera un país idiotizado muchos defensores del modelo de que nada cambie y tengamos un Estado de caricatura han terminado polarizando el país entre “demócratas” y partidarios de la “libertad”, y los “comunistas”, del otro. Resulta que si alguien opina que debe haber reglas claras y que se cumplan, ¡ese individuo terminará siendo un comunista! Los falsos demócratas han contrabandeado el concepto de la libertad.

El Perú es un país que ha perdido el rumbo. Mejor dicho, que nunca hemos tenido un horizonte porque a la clase política que nos gobernó nunca le interesó: sus intereses económicos de grupo siempre fueron más importantes, y quieren perpetuarlo. ¿Sí o no?, estimado Gilberto [Comunicando Bosque y Cultura].

Artículos relacionados

Mantente conectado

34,630FansMe gusta
442SeguidoresSeguir
1,851SeguidoresSeguir

ÚLTIMOS ARTÍCULOS