Por: Luis Ordoñez
Unos candidatos se inscribieron ingresando por la ventana, otros penetrando al recinto electoral en el silencio de la media noche; pero, se inscribieron. ¿Este será un bonito ejemplo de democracia de las futuras autoridades que representarán a los pueblos? ¿Cuántos de los candidatos emanan de elecciones internas de sus agrupaciones? ¿No sería mejor que los falsos candidatos que no representan a nadie vuelvan a sus bases y se sometan a elecciones internas?
Hay candidatos a Gobiernos Locales distritales y provinciales que no han cumplido con la disposición de participar en elecciones internas. Incluso, hay candidatos al Gobierno Regional que han obviado este paso importante. Quiénes no se sometieron a elecciones internas ¿A quiénes representan?
Aunque, la participación en elecciones internas de un candidato no necesariamente significa que el ganador es el digno representante de la organización; pues, existen partidos políticos que luego de las internas, simplemente se han dividido y los perdedores con un gran número de simpatizantes migran a otras agrupaciones. Estas rupturas coyunturales no son saludables para el sistema democrático del país. Se requiere la participación ciudadana en las organizaciones políticas; pero de manera natural, cuando la mayoría por propia voluntad selecciona al mejor líder que le representará en la contienda electoral; sin embargo, por maniobras insanas, que se dan con cartas bajo la mesa y en el silencio brumoso de la noche, las agrupaciones hacen lo imposible para que el candidato designado sea supuestamente elegido. Y, no solamente estas situaciones negativas se dan en las provinciales y regionales, al parecer para los candidatos al Congreso la cosa es mucho más descarada.
Arranca la campaña. Se supone que hasta esta altura los candidatos inscritos ya cuentan con elogioso, ambicioso y nutrido plan de gobierno. Ya saben qué hacer en el supuesto que en octubre sea el ganador de las elecciones. Empero, revisando el accionar de muchos candidatos, más del noventa por ciento carece de un plan de gobierno. Solo hablan y hablan, de aspectos generales, de críticas a la gestión del actual gobierno, sin puntualizar propuestas concretas. No indican las mejores estrategias a aplicar en cada caso. Las prédicas solo son brochazos al aire libre, sin pintar nada a nadie. ¿Es que la participación en esta contienda tiene como único propósito el aspecto económico? ¿El desarrollo sostenible y sustentable del pueblo? ¿La emoción social del candidato? ¿El sublime sentimiento de emoción social del candidato para con su querido pueblo? “No. Esas son niñerías, antigüedades, temas de tontos. Yo participo para hacer plata y punto”, contestó un candidato mientras bebía licor en la cantina del vecindario.
Arranca la campaña, candidatos a aplicar su maña. A actuar como gente civilizada, sin golpes bajos ni uso de espada. Que luzca la propuesta, que es a la problemática respuesta seria y no una apuesta. La campaña no debe desunir, al contrario, la campaña debe al pueblo democrático unir. Al final, todos somos hermanos, que en este hermoso terruño vivimos, sintiendo nuestros corazones enlazados, llenos de amor, cordialidad y entre todos abrazados.