El Bosque de Protección Alto Mayo (BPAM), es un lugar donde los habitantes han aprendido a cosechar café y a la vez preservar el bosque. Por ello, se ha logrado conservar aproximadamente 300 especies de orquídeas y 500 de aves.
Sin embargo, el BPAM se enfrenta día a día a un problema muy grande, la deforestación a manos de agricultores y ganadores que habitan en la zona. Ante esto, los caficultores de la zona, son los protectores del bosque y cuidan sus cultivos, impidiendo que alguien intente dañar los árboles.
Joimer Vargas, promotor de la iniciativa
Joimer Vargas, más conocido como Momo, ha vivido toda su vida rodeado de la experiencia del cultivo de café. Por ello, ha adquirido buenas prácticas que aplica con naturaleza y la producción de sus productos.
Por tal motivo, Joimer es uno de los promotores del café sostenible, encargados de proteger el Bosque de Protección Alto Mayo y fomentar el desarrollo de la comunidad.
Actualmente, ha formado una escuela de catación, donde pretende impulsar el valor de la conservación del bosque al momento de obtener un buen café.
Estos cultivos están ubicados en el interior del Bosque de Protección Alto Mayo (BPAM), un lugar en donde las familias han aprendido a cosechar el café en armonía con el bosque. Toda esa área amigable ha logrado conservar al rededor de 300 especies de orquídeas y 500 especies de aves.
Pero como en toda historia, esta tiene otra cara: la deforestación, un problema con el que el BPAM ha tenido que lidiar, causada por agricultores y ganaderos que habitan en la zona, por esta razón, todos los que trabajan en este lugar no permiten que nadie se acerque a producir cualquier tipo de daño a los árboles pues estarían atentando con el proceso de sus cultivos.
«El mejor café es el que crece bajo la sombra, mientras los productores conservan el bosque y con ellos cultivos, aumenta la calidad del café «, afirma Joimer Vargas.