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sábado, abril 20, 2024

Cadáveres políticos aún viven o pretenden seguir viviendo

Políticamente el país pasa por una de sus peores pestes. La covid 19 como peste mortal por fin fue despedida este año con su quinta vacuna. Ya se fue de nosotros esta peste, pero ¡ay! Esta maldita peste política que tenemos, ¿cuándo se irá de nosotros?  

La primera peste política fue el partido aprista, siendo Víctor Raúl, su fundador y el mejor pensador de organización política; García, como heredero que dijo ser tuvo dos caminos: o se le recordaba a Víctor Raúl como el legado presidencial, o a García como la defraudación total. García, Optó por el segundo, porque siendo dos veces gobierno, ninguna filosofía de remembranza política de su maestro, aplicó.  

Fue todo lo contrario, en las últimas elecciones, ni siquiera tuvo la opción de inscribirse en el Jurado Nacional de Elecciones, es decir, fue el primer entierro de organización política.  

La segunda peste que se enterró políticamente, fue Acción Popular, pues su fundador, Fernando Belaunde, fue solo una marca presidenciable que le llevó por dos veces al más alto poder, luego todo fue historia subalterna, porque subalterna fueron la mayoría de sus figuras que participaron en esta organización que fue en el pasado, hoy como «organización» no llega para su inscripción ni para las elecciones primarias, peor para ganar elecciones generales. Fue el segundo entierro de organización política.  

La tercera peste que se enterró políticamente fue la Izquierda Unida (IU), teniendo como figura principal y destacada a Alfonso Barrantes Lingán, que tuvo una exitosa gestión de alcalde en Lima, pero vinieron posteriormente varias corrientes de izquierda, la mayoría desechables y fraudulentas, que tuvieron cero visiones de país como las dos anteriores, fue entonces el tercer entierro de organización política.  

El cuarto entierro no corresponde ya a ningún partido político, simplemente corresponde al entierro de todos los grupos políticos, porque esto fueron y lo son desde un inicio: empezando por el fujimorismo, APP, Avanza País, Renovación Popular, Fuerza Popular y otros grupos más con etiqueta de nombre propio, es decir, dueños de sus grupos políticos que miran al poder de gobierno como el más grande botín para enriquecerse ilícitamente.  

DUEÑOS DE GRUPOS POLÍTICOS, TODOS, MILITANTES EN EL CONGRESO  

Todos estos dueños de grupos políticos tienen sus militantes en el Congreso, por ello este Congreso hace décadas y con más razón estos últimos años y con más razón todavía estas últimas semanas, se enterraron políticamente, que, a pesar de la desazón electoral del país, estos se aferran más a sus altos y millonarios sueldos, sin importarles en absoluto las demandas y exigencias de los ciudadanos.  

Si estos representantes del Apra, de Acción Popular, de Izquierda Unida y de todo ese sancochado de grupos políticos, si hubieran educado a la sociedad peruana con una política constructiva de dialéctica pedagógica, tengo la seguridad que el país tuviera tres partidos bien organizados: EL APRA, ACCIÓN POPULAR y la IZQUIERDA UNIDA.  

Como estos no estaban organizados, o en todo caso lo eran, solo para conseguir los votos, luego no solamente dejaron de cumplir sus promesas, sino sobre todo olvidaron y defraudaron a la razón de los votos que son los ciudadanos y los dejaron excluidos por las ambiciones políticas por parte de los que decían ser sus representantes.  

El Dpto de San Martín por ejemplo tiene 4 congresistas. Todos los que votaron por estos mal llamados representantes, quedaron totalmente excluidos de las promesas políticas, es más, quedaron sin aliados que podrían hacer la pelea desde adentro de sus curules.  

Ya nos demostraron que las famosas curules, las famosas comisiones y la famosa “junta de portavoces”, no es más que el entrampado y las sutiles estrategias para conseguir objetivos de grupos; objetivos de comisiones y los objetivos de la junta de portavoces, al diablo los objetivos de los ciudadanos, al diablo los objetivos del país.  

Por ejemplo, hace más de dos meses el país tiene un solo objetivo en base a tres acciones: cierre del Congreso; renuncia de la ilegítima presidenta y adelanto de elecciones, para este año 2023, ellos acomodan sus deseos a otras fechas del 2024 que saben que les podría ser muy rentable electoralmente para las truchas “reformas” que pretenden hacer y quedarse hasta el 2026.

El mundo entero y organizaciones políticas influyentes del extranjero nos están mirando como un país desordenado, sin autoridad legítima y con un sistema híbrido, es decir, una combinación de democracia y dictadura.  

Al final, tú y yo salimos perdiendo amigo lector, mientras no nos organicemos para desaparecer este sistema criminal, excluyente e injusto.  

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