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viernes, marzo 29, 2024

Deuda social a los maestros ¿Una utopía?

LOS GOBIERNOS LOCALES Y REGIONALES, TAMBIÉN TIENEN COMPETENCIA, NO SOLO EL GOBIERNO CENTRAL. SI EL GOBIERNO CENTRAL NO LO HACE, POR LLEVAR MILLONES DE PRESUPUESTOS A OTROS SECTORES, POR LO MENOS USTEDES SEÑORES DEL GOBIERNO REGIONAL, ABRAN POR LO MENOS ALGÚN MINÚSCULO AGUJERO PARA QUE GOTEE ALGO DE PRESUPUESTO PARA EL PAGO DE LA DEUDA SOCIAL A LOS MAESTROS. ¡DECRETE UNA NORMA DE PAGO PERMANENTE!

Hace dos semanas funcionarios del Gobierno Regional se reunieron con el secretario Provincial del SITESAM, profesor Wilmer Mechato Díaz, con el único propósito de que se cronograme de manera permanente el pago de la deuda social a los maestros que a la fecha no solo se desconoce todo avance sobre este tema, sino que los mismos docentes vienen perdiendo toda esperanza sobre este derecho.

Derecho económico que no tiene aliados de parte de los gobiernos de turno, como el presente gobierno por ejemplo que está más absorbida para limpiar la imagen presidencial ante los ojos del mundo exterior, mientras que los ciudadanos a nivel del interior del país, estamos cada vez más con la incertidumbre de la vida misma, porque nadie sabe a qué situaciones estaríamos arribando: a un país con relativa seguridad o a un país que se sangra de indignación y delincuencia.

La única respuesta que dieron los funcionarios del Gobierno Regional fue, que habrá que esperar la buena voluntad del Ministerio de Economía. O sea, cero gestiones de nuestros funcionarios para velar por el bienestar de tranquilidad de los docentes.

Otras gestiones regionales están al día con estos pagos dejando precedentes que la política de los gobiernos regionales sí tienen muchos éxitos cuando la promesa de campaña va acompañada del bendito cumplimiento, cosa que en nuestra realidad sanmartinense ningún gobierno regional llegó a pagar de manera responsable y permanente, pese a las promesas hechas.

El triste gobierno de la gestión Bogarín en este rubro nada se cumplieron; las gestiones de Villanueva y Noriega enterraron las expectativas de bienestar económica de los maestros al no haberse hecho realidad el cumplimiento de esta deuda social.

Al parecer la presente gestión del señor Grundel también sigue esta misma línea no quisiera pensar de incompetencia, pero sí de irresponsabilidad. ¿Para qué llegaron a ser gobierno? Llegaron, pienso, no solo para que sus gestiones sean transparentes, y cifren las expectativas de la ciudadanía creando puestos de trabajo, modernizando las zonas rurales y urbanas y sobre todo creando seguridad en los ciudadanos ante tanta delincuencia que empiezan a migrar en todo el país.

El mecanismo de este pago de la deuda social también tiene sus propios vacíos de descontento, si bien es cierto hay que crear prioridades, pero tampoco se puede dejar de pagar a los que no califican en esas prioridades.

Me refiero a los pagos categorizados por enfermedad y edad respectiva. Por ejemplo, un docente que esté ya en estado avanzado de su enfermedad (estado terminal), tiene un monto de ser pagado de manera inmediata 35 mil soles; luego le sigue el docente enfermo, pero no en estado grave, califica para recibir 15 mil soles; luego el docente de 65 años por arriba, califica para recibir 10 mil soles y finalmente los docentes de 65 hacia abajo, la triste suma de resignación de 5 mil soles.

Por lo menos esto suena relativamente bonito en el papel, pero de ahí a la práctica absolutamente nada, a tal extremo que ni los mismos funcionarios tienen la facultad necesaria para determinar responsabilidades de cumplimiento a favor de los maestros.

Señor Grundel, a ver, si usted se diferencia de sus antecesores, decrete una norma de cumplimiento permanente de esta deuda para el bienestar económico de los maestros; por lo menos mire a la educación como una de las garantías de desarrollo de nuestras sociedades; crea nuevas infraestructuras educativas, muchos pueblitos están los niños estudiando a la vez a la intemperie de climas totalmente variados.

Los funcionarios del gobierno central, sobre todo del MEF, están mayormente absorbidos por otras ambiciones de desarrollo en lugares lejanos a lo nuestro; muchas veces son presionados por políticas mezquinas para direccionar y vaciar todos los recursos a sectores que no tienen necesidades más que las propias ambiciones de desarrollo material.

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