El siniestro se inició a causa de un cortocircuito por el sobrecalentamiento de un enchufe, no hubo daños personales y hasta el momento no hay datos de las pérdidas económicas.
Ayer a las 18:25 horas se registró un incendio en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital II – 2 de Tarapoto, el hecho generó pánico en los pacientes y personal asistencial, quienes de inmediato pusieron a buen recaudo a los que estaban internados en ese lugar. Según el director del nosocomio, Miguel Gómez Abanto, el siniestro se produjo debido a un cortocircuito por el recalentamiento de un enchufe.
Los bomberos de la Compañía Juan Acevedo 071, trabajaron más de una hora para controlar y limpiar la zona afectada, mientras que el personal del nosocomio tuvo que reubicar a los pacientes en la explanada del hospital que está cerca de la puerta número tres, que colinda con el Área de Emergencia.
Conforme pasaban los minutos, los familiares de los pacientes llegaron hasta la puerta de Emergencia en busca de información, ya que corrió el rumor que hubo tres fallecidos, versión que fue desmentida por los bomberos, quienes les pedían calma, porque solo se registró daños materiales.
“El incendio se produjo por un cortocircuito en un enchufe en Cuidados Intensivos. Gracias a Dios no se registró personas afectadas y agradezco la rápida reacción de los bomberos y del personal del hospital quienes lograron poner a buen recaudo a los pacientes. Esa es la capacidad de reacción que se necesita” manifestó el médico Gómez Abanto, director del nosocomio.
Después de dos horas y cuando todo estaba controlado, los pacientes fueron conducidos a sus habitaciones, sin embargo, una mujer totalmente alterada llegó a la puerta de Emergencia en busca de su esposo que está 17 días internado inconsciente en la Unidad de Cuidados Intensivos, producto de un golpe en la cabeza.
“Wilmer Sangama Fasabi, es el nombre de mi esposo, el está muy mal de salud y necesito que alguien me diga a dónde lo llevaron, ya que está conectado a un equipo”, indicó la desperada mujer, mientras que un bombero la tranquilizó, al decirle que todos están bien y no hay fallecidos. (Hugo Anteparra)