Siempre me han llamado la atención dos pensamientos que aclaran y sitúan a la humanidad respecto a sus necesidades evolutivas en nuestros días: El primero (1) expresa: “Lejos de mí la intención de criticar las Iglesias organizadas. Siempre he sido el defensor del orden y la disciplina.” Y el segundo (2): “Una religión se vuelve insuficiente, cuando sus devotos han evolucionado hasta el punto de trascender el grado que aquélla representa.” (Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière).
Comenzaré por compartir mis meditaciones sobre el segundo pensamiento leyéndolo en su contexto:
“No existen religiones malas. Estas dos palabras no concuerdan bien; lo más que se podría decir, es que hay religiones y doctrinas incompletas, o que sus representantes son incompetentes, debido a la falta de conocimiento, que no es culpa de ellos.”
“UNA RELIGIÓN SE VUELVE INSUFICIENTE, CUANDO SUS DEVOTOS HAN EVOLUCIONADO HASTA EL PUNTO DE TRASCENDER EL GRADO QUE AQUÉLLA REPRESENTA.”
Esto último me sucedió de niño, cuando a veces mi madre me llevaba a la Iglesia evangélica con su escuelita dominical y cultos en Trujillo. Yo veía a todas esas personas, la mayoría de aspecto bien intencionado y sincero (y seguramente muchas lo son realmente) recuerdo claramente haber hecho una “presencia de mi” en medio del canto en coro de los congregados, cuando llegamos a una parte, en que expresábamos entonando a viva voz: “SALVO SOY” …inmediatamente, por contrastación, afloró una iluminación en mí, pues me parecía algo tan auto-hipnótico y pueril creer (repitiéndonos mil veces lo mismo hasta ‘hacerlo verdad’) que ya estoy ‘salvado’ si ‘aplico la receta’ de asistir a un culto, ‘creer en Jesús’, cantar coritos y ‘portarme bien’ (!) En ese instante, giré la vista a mi alrededor con conciencia espiritual de ‘presencia de sí’ y esa característica intensidad de la luz del alma que la marca indeleblemente en la memoria…
Por supuesto que esas afirmaciones repetitivas no satisfacían mi espíritu pues en verdad NO BASTA con ‘ser virtuoso’ o ‘portarse bien’ de la misma manera que cualquier ‘persona buena’ se ahogará en el mar (y aquí las analogías son profundas) si no sabe nadar y conocer cómo desenvolverse lo mejor posible en ese elemento. O también, cualquier ‘persona buena’ seguramente va a morir si alguna vez se pierde en un frío bosque canadiense sin dominar por lo menos algo de técnicas de supervivencia o para CONSTRUIR SU CABAÑA antes que el invierno llegue (!). De la misma manera, tenemos en esta vida que APRENDER PARA SABER CONSTRUIR y REALIZAR ESA CONSTRUCCIÓN (ver: @magnafraternitasuniversalis) con la ‘materia plástica’ que se nos ha dado, de nuestra casa o ‘barco’ (ALMA) para la vida futura en los planos sutiles, antes que el invierno (muerte) nos alcance…y para esa REALIZACIÓN, evidentemente no basta con ‘ser buenos’ (!).
Lo mismo me pasaba con algunas doctrinas católicas (soy bautizado católico) pues me figuraba muy primario, ingenuo o ‘conveniente’ que, por ejemplo, el ‘conquistador’ Francisco Pizarro, que durante casi toda su vida mató, robó y realizó ‘barbaridades’ en el Perú, en el momento de ser asesinado, al dibujar una cruz con su sangre, tratar de besarla, balbuceando el nombre de Cristo, entonces se considere que puede ‘ir al cielo’. O lo mismo con los casos de ‘extremaunción’ de personas que han dedicado toda su vida al crimen y así sucesivamente con los concilios que creen que por ‘un plumazo’ o ‘por decreto’ se puede ocultar el sol o las leyes divinas ‘con un dedo’.
Otra experiencia de trascender la insuficiencia de alguna “religión” fue en la respuesta insatisfactoria que recibí de un mormón que nos contaba sobre los orígenes del famoso “Libro de Mormón” y que fueron las tablas de oro que Joseph Smith afirmaba haber descubierto en un bosque. Cuando le pregunté si esas tablas estaban en algún museo de su iglesia, él me respondió que no, porque ‘se las había llevado el ángel’ (!) …años más tarde les dije eso a dos misioneras y ellas me dijeron que yo ore y así ‘Dios me dirá’ si el libro de su iglesia es divinamente auténtico o solo es una invención humana de un escritor mentalmente exaltado y demasiado prolífico.
Y para finalizar los ejemplos, sin agotarlos, de mis vivencias donde una religión se vuelve insuficiente, cuando el espíritu ha trascendido el nivel mental que esta creencia representa, me sucedió que al ver los dibujos del ‘paraíso eterno en la tierra’ (libro ‘Mis Historias Bíblicas’ de los Testigos de Jehová) ME ATERRÓ figurarme mentalmente en la situación de pasar toda la eternidad, ‘por los siglos de los siglos’, viviendo en el ‘paraíso’ en la tierra (o en el cielo) como me lo ponían en esos dibujitos: sembrando hortalizas, acariciando animalitos, hablando sonriente con otras personas, etc. Recientemente puse esa situación aterradora a un aspirante a ‘pastor’ y me respondió que Dios eliminaría ‘de un plumazo’ el aburrimiento existencial (producto natural e inevitable de la interacción de las condiciones de tiempo, espacio y mente) y no pude evitar la analogía a ocultar el problema de la misma manera que se piensa que una sala está limpia al poner el polvo debajo de la alfombra (!) ¡sin duda una autosugestión más! …(continuará)