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miércoles, mayo 1, 2024

Cómo gobernar el año 2024

Para gobernar un país, un gobierno regional, un municipio y hasta un pequeño pueblito, he publicado instrucciones en el diario VOCES, que me acoge. Y no porque me considere un experto, sino porque he procurado que prime en mí el valor de la ética, mis sanas relaciones con los demás y, sobre todo, dedicarme a lo qué sé y conozco; a lo que he aprendido y sobre los temas en los que reflexioné mucho y que se abona con mi experiencia. No me meto en temas que no conozco; o si apenas he leído unos textos para sorprender y pretender pasar por experto, usando habilidades tinterillescas.

Mis propósitos son sanos y sinceros en todo lo que hago y escribo, aunque nadie es honesto absoluto, pues recordemos la frase de Jean Racine en una de sus célebres tragedias. Y también lo que escribiera Bertolt Brecht, como apareció citado en un editorial del diario Expreso (Lima) hace treinta años. Y escribo esto porque procuro –de manera abierta, franca y sin mezquindad– siempre proponer, crear, innovar y sugerir a los que tienen poder de decisión. Debemos gobernar pensando en el bien común y que los ciudadanos lo sientan. Este principio sirve hasta para dirigir una institución.

Las famosas escuelas de cómo ser alcalde o jefe de un territorio podrían dar ideas de cómo diseñar pautas para encauzar un gobierno constructor. Pero no serían suficientes desde el momento que: 1) los líderes no han cultivado hábitos ni actitudes de cómo reaccionar ante los problemas que se les presentan: 2) no están capacitados para orientar sus gestiones, 3) no saben discernir entre lo importante y lo urgente, 4) los instrumentos de gestión no los tienen en cuenta, 5) no conocen las prioridades de los diferentes campos o sectores y, 6) no tienen funcionarios leales, aunque sean competentes. Por ejemplo, el asunto del cambio climático ya es una realidad y los alcaldes provinciales aun no conocen lo que es el Comité de Gestión Regional Agrario (CGRA) –razón por lo que jamás han asistido– y este diciembre, en Bellavista, realizarán una evaluación sobre sus (no) participaciones, y ojalá la Contraloría General de la República no lea este artículo. ¡Dios los coja confesados! Esto para comenzar.

Desde mi experiencia personal, existen tres libros que podrían dar horizontes para gobernar con calidad y justicia, siempre que los hayan leído y captado: El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (Cervantes), Memorias de Adriano (Marguerite Yourcenar) y los libros de Dale Carnegie. Pero no serán suficientes si a ello no se suman la idoneidad, el buen criterio y saberse rodear de gente que propone y se arriesga… Antes que me olvide: muchos gobiernos locales no han actualizado y alineado sus Planes de Desarrollo Concertado al del Gobierno Regional al 2030, que tiene ocho Objetivos Estratégicos Territoriales. Si los alcaldes no han leído sus Planes de Desarrollo Concertado ni conocen la ley orgánica de municipalidades ¿quién nos salvará? No estaría mal que les tomen un examen. En la próxima entrega daré las pautas precisas, con las que deseo colaborar con mis autoridades, a quienes todavía les tengo confianza. (Comunicando Bosque y Cultura).

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