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viernes, mayo 3, 2024

Región San Martín: ¿un asunto de liderazgo?

Es una verdad indiscutible que los decisores políticos deben tener funcionaros que no marchen solo en función de lo que dichos líderes piensan y creen. La cosa se pone grave cuando los líderes ponen en sus entornos a gente cuya primera función es ser “leal” a la autoridad política, entendiendo esta “lealtad” en no tener el coraje de decirles que lo que están haciendo está mal o que, en determinados momentos, debe imprimirse otro rumbo a la gestión. Entender esto es clave para gestionar con eficiencia y eficacia. Pero sigamos.

Los líderes políticos deben estar totalmente persuadidos que nos encontramos en un proceso de descentralización. Todas las normas legales nos recuerdan que los verdaderos ejecutores de las políticas públicas son los gobiernos regionales y locales. No entender esto significará otros cuatro años perdidos y hacia allá estaríamos encaminándonos, pues los funcionarios del entorno orientarían a los líderes para el día-día. Contribuye a esto los más de doscientos espacios de (des)coordinación que existen en la región San Martín, y que no serían sino pérdida de tiempo. Un alto funcionario dijo hace poco: “no sé en qué hora voy a ponerme a trabajar porque más paro en reuniones”. Algunos líderes no conocerían sus roles.

Sigo insistiendo que, dentro del proceso de la descentralización, para los campo agrario, forestal y ambiental se ha creado el Comité de Gestión Regional Agrario (CGRA), espacio de coordinación y gestión intergubernamental que no está siendo aprovechado porque es en este donde se deben tomar acuerdos para direccionar y ejecutar de manera consensuada las políticas públicas nacionales, al que se suma las estrategias para la adaptación y mitigación del cambio climático. Si solo un alcalde provincial entendiera esto estoy seguro que en los tres años que quedan se verían cambios sorprendentes.

Para llegar a lograr resultados de las gestiones políticas se necesita liderazgo en todos los niveles. Es lo que quiero resaltar. Un buen gerente municipal es clave para hacer la diferencia. El funcionario anodino, cortoplacista y de escritorio y solo habla de tecnicismos –sin ser experto en nada– es un lastre para la gestión. Es importante comprender que la administración tiene que ver con la eficiencia y el liderazgo con la efectividad. Y me remito al primer párrafo. Porque no es leal al líder quien no sabe orientar y lo hace en función de sus intereses personales, de su puesto de trabajo o de “sus frejoles” y satisfacer el ego de los jefes. O cuando convocan a vendedores de humo que, con sus vocabularios técnicos sobre modernidad, encandilan al decisor político. ¿Se entendió esto?

Las gestiones actuales de los tres niveles de gobierno están obligadas a ser exitosas, trascender y hacer historia; que no fracasen, porque fracasaremos todos. Deben dejarnos una región encaminada partiendo de un plan mínimo y priorizarlo en función de los intereses ciudadanos. Hacer como hacían Tomás Jefferson y Woodrow Wilson: saber tomar decisiones y sabiduría para mirar adelante; y del primero que llega ante el decisor político denigrando y desprestigiando a alguien, es el primero del que deben tener cuidado. (Comunicando Bosque y Cultura).

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