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miércoles, enero 22, 2025
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27 de diciembre y La Puerta de los Dioses

El 27 de diciembre es un día muy especial que ha sido celebrado desde hace miles de años (fiestas de Jano, día de Juan Apóstol, etc.) y que en nuestra época ve añadidas nuevas razones por conmemoraciones especiales, como el Aniversario de la partida física del Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière (el 27 de diciembre de 1962 en Niza-Francia) quien es reconocido como el Cristo Rey anunciado o también el Maha o Kalki Avatar, Mensajero e Iluminador de la presente Era del Saber (Aquarius) el Buda Maitreya, el Iman Mahdi, etc.

El mismo, como Gran Iniciado, tenía plena Consciencia del día escogido por Dios para su partida física y esto lo hace notar sutilmente en sus enseñanzas y también a su Discípulo Predilecto el Maestre Dr. David JUAN Ferriz Olivares, en su última carta anunciando su “DESAPARICIÓN”.

Así, por ejemplo, señala significativamente la muerte del gran compositor Maurice Ravel cuando escribe:

“Quisiera, sin embargo, tan solo mencionar que Ravel, ciertamente, percibió una especie de revelación espiritual; un relámpago luminoso del Absoluto debió tocar su alma que se liberó el 27 de diciembre de 1937.”

Y también al mencionar las fiestas francmasónicas en relación al Pontificado Iniciático:

“Las fiestas francmasónicas del 24 de junio [Juan de Verano, el Bautista] y del 27 de diciembre [Juan de Invierno, el Apóstol] están basadas también en las fechas del equinoccio y del solsticio, pero son miradas hoy día, mucho más como TRABAJO DEL PONTIFICADO (…)”

Y continúa: “Después de largo tiempo, estos artesanos [Francmasones] seguían en posesión de la Real Iniciación y este carácter es fácil de descubrir, simplemente en el hecho de las dos grandes fiestas que se celebran en los solsticios (San Juan, del verano y San Juan, del invierno). Estas dos fases del ciclo zodiacal fueron denominadas en esta forma, después del cristianismo, pero en realidad, tuvieron su origen en Jano (nombre del cual proviene el nombre del mes enero – janvier, january-, y que se ha colocado como el comienzo del año). No insistiremos en el dios Jano con sus dos caras, de las cuales aparentemente, una mira el pasado y la otra el porvenir.”

A este respecto Él señala también una coincidencia significativa, pues este día (junto con el 24 de diciembre) está dentro del signo de capricornio que es “LA PUERTA DE LOS DIOSES” o la “PUERTA DEL CIELO” (!):

“En la Mitología egipcia se dice que un alma inteligente y pensante, al salir del cuerpo, se volvía a unir a la Inteligencia Suprema, de la cual había emanado; otra, el alma sensitiva y ágil, entraba por la puerta de los Dioses (el signo de Capricornio) en el Amenthes (el cielo acuoso), en el cual habitaba a gusto todo el tiempo hasta el momento en que descendiendo por la puerta de los hombres (el signo de Cáncer) venía a animar un nuevo cuerpo.”

En ese sentido complementa P. Grison explicando el esoterismo del milenario “juego” del columpio:

“El asiento del columpio está a veces decorado, en representaciones antiguas, con dos cabezas de makara divergentes: Se sabe que el makara es el signo de Capricornio en el zodíaco indio, y por lo tanto corresponde al solsticio de invierno, el verdadero origen del «ascenso» solar, la «puerta del Cielo» y la «puerta de los Dioses». Por otro lado, el movimiento en arco del columpio en Makara (capricornio) se relaciona simbólicamente con la lluvia fertilizante, una bendición celestial, y se identifica con el arco iris. En efecto, el asiento recorre un arco de círculo, que sin embargo no puede identificarse con el arco celeste; es la simétrica, el complemento, tangente a la tierra como el Arco se coloca sobre las aguas (notaremos también la asociación de la escarpada, en Ajanta, con la Nagi, que es una deidad de las «aguas inferiores»).”

“El pórtico aparece expresamente como una Torana [puerta monumental entre dos columnas característica de la arquitectura budista], y su cruce, alternativamente en los dos significados, progresivo y regresivo, evocan otro simbolismo importante; la de la puerta, la entrada y la salida del mundo. Es el ritmo universal de la vida y de la muerte, de la expansión y de la reintegración, de la evolución y de la involución, que el makara solsticial tampoco deja de recordarnos: en la iconografía indo-jemer, el kâlâmtikha que adorna el dintel de las puertas escupe dos makara divergentes; Por lo tanto, el papel de la Torana del columpio, atravesado por el doble asiento Makara, parece ser claramente idéntico al suyo.”

Asimismo, el sabio J. M. Ragón:

“Los romanos representaban a su Jano, con dos rostros, uno de los cuales era juvenil, para simbolizar el año creciente; y el otro de anciano, como emblema del año moribundo. Como se ha pretendido que Jano era el emblema del Sol, estos dos rostros nos recuerdan nuestros SANTOS JUANES SOLSTICIALES y las palabras del evangelista referentes a Jesucristo: “es necesario que él crezca y que yo disminuya”; es decir, “cuando Él crece, yo disminuyo”. ¿No se podrían aplicar estas palabras a la fiesta del SOL NUEVO y CRECIENTE que, por consiguiente, es el rostro juvenil (el 25 de diciembre), y a la fiesta del SOL DECRECIENTE y casi ya sin vida simbolizado por el rostro de un anciano (el 27 de diciembre)?”

Por todo ello, nos unimos en PENSAMIENTO (Espíritu Santo) conectándonos con este día tan especial…

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