Una vez más los hechos de sangre enlutan a familias en el distrito de Balsapuerto bajo la misma modalidad de condena por dedicarse supuestamente a prácticas de hechicería.
Julio Gustavo Pizango Púa (25), fue brutalmente asesinado por los hermanos Ernesto Púa Vitiri (32), y Mauricio Pua Vitiri (40), quienes le mataron en venganza porque supuestamente venía haciendo daños a sus familiares con la práctica de la brujería.
Fue Mauricio Púa Vitiri, quien disparó contra Julio Gustavo, con una retrocarga con munición calibre 16, cuyo proyectil le perforó el tórax con orificio de entrada y salida, al parecer matándolo en el acto.
El hecho ocurrió el miércoles 20 de mayo aproximadamente a las 18.30 horas en la comunidad nativa San Lorenzo (distrito de Balsapuerto), en medio de la trocha carrozable que une los poblados de Munichis y Nuevo Arica, a donde le llevaron a la víctima para asesinarla.
Agentes de la Sección de Investigación Criminal (SEINCRI), de la División Policial de Alto Amazonas- Yurimaguas, y el representante del Ministerio Público, Fiscal de Turno Alcides Estela Fernández, tras ser notificados del caso, a las 11 de la noche del mismo día del homicidio, acudieron al lugar de los hechos, encontrando en un tramo de la carretera a la altura del caserío San Lorenzo, el cuerpo de Julio Gustavo Pizango Púa, en posición fetal de costado derecho en medio de un charco de sangre.
Muy cerca al lugar del crimen los investigadores se percataron de la existencia de huellas de pisadas de botas, procediendo a indagar entre los vecinos de las comunidades cercanas, donde fueron informados de que al occiso le vieron acompañado en horas de la tarde del 20 de mayo por Ernesto Púa Vitiri, con quien anteriormente habría tenido problemas personales.
Con estas informaciones, los agentes se constituyeron al domicilio de Ernesto Púa, caminando aproximadamente un kilómetro logrando intervenir aproximadamente a las 2 de la mañana de ayer al susodicho, quien en su poder tenía un arma de fuego, y las botas que habrían dejado las huellas de pisadas encontradas en la escena del crimen.
Ernesto incriminó a su hermano como el autor del disparo que segó la vida de Julio Gustavo, siendo él también intervenido en otra vivienda a unos 1,000 metros de distancia de la casa de su hermano, donde la Policía encontró el arma y el casquillo percutado que mataron al campesino.
Al ser interrogado en el momento de la intervención, Ernesto Púa Vitiri, admitió, según la Policía, haber disparado contra Julio Gustavo, y que el móvil habría sido la creencia que el occiso practicaba la brujería en contra de sus familiares.
La madrugada de ayer, tras el levantamiento del cadáver, este fue trasladado a la morgue del Hospital Santa Gema para la necropsia de ley, y los intervenidos a la delegación policial de Yurimaguas.
El jefe de la División Policial de Alto Amazonas (DIVPOL AA), Cmte .PNP Carlos Ponce Cuya, en declaraciones a la prensa, dijo que los policías a su mando, actuaron de inmediato para dar con los presuntos responsable del ilícito penal. Mostró dos retrocargas, dos cartuchos y un par de botas incautados.
En declaraciones a la prensa, el Fiscal Alcides Estela, sostuvo que solicitará al Juez de Investigación Preparatoria, la detención preliminar de los hermanos shawis, por estar inmersos en la presunta comisión del delito de Homicidio.
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El jefe de la División de Asuntos Indígenas de la Subregión de Alto Amazonas y expresidente de la Organización Regional de Desarrollo de los Pueblos Indígenas de Alto Amazonas (ORDEPIAA), Juan Tapayuri Murayari, al solicitarle su opinión sobre este crimen en territorio Shawi, dijo que según la cultura de estos pueblos, cuando ocurre un hecho de esta naturaleza, las heridas quedan abiertas entre los familiares, hasta encontrar venganza en cualquier momento.
Por ejemplo, sostuvo, que las muertes de los supuestos brujos ocurridos hace 4 años en Balsapuerto, aún no han sido sancionados los presuntos responsables.
Agregó que en otros pueblos indígenas como en la etnia KANDOSHI, los asesinatos se pagan con la muerte, y no hay cárcel para el responsable.
Mientras que en el grupo etnolingüístico AWAJUN, al asesino le someterían a un tratamiento espiritual por el crimen cometido. (Róger Torres Chujutalli)