Alto Amazonas tiene las mejores tierras para su cultivo
Voces, tuvo la oportunidad de entrevistar al Ing. Roan SANCHEZ LOZANO, experto en transferencia de tecnología, quien dirige un centro de investigación y capacitación en parcela demostrativa de cacao en la microcuenca del Armanayacu, distrito de Balsapuerto.
Alto Amazonas también tiene lo suyo, en la actualidad existen más de 470 hectáreas de cacao sembrados en varias cuencas de los ríos Paranapura, Shishinahua y Shanusi, nos revela el Ing. Roan Sánchez Lozano, en una entrevista exclusiva con este medio en su propio centro de experimentación e investigación, ubicado en la comunidad nativa Progreso, distrito de Balsapuerto, jurisdicción del territorio Shawi, a 40 km. de Yurimaguas.
Los días sábado 18 y domingo 19 de julio de 2015, visitamos este lugar y pudimos comprobar la parcela demostrativa en una extensión de 18 hectáreas asociadas con árboles maderables y frutas.
Roan Sánchez, nos explica que la idea del proyecto nace en el 2010, luego de su experiencia por más de 6 años en San Martín y Chanchamayo; cuando decide regresar a su tierra natal, se asocia con su hermano y juntos adquieren un terreno de 45 hectáreas en la comunidad nativa de Progreso, donde con sus propios esfuerzos echaron a andar la idea de convertir la zona en un centro de investigación y de transferencia de tecnología para el cultivo de cacao en Alto Amazonas.
Con actividades de socialización y capacitación, formaron 30 asociaciones de cacaoteros, agrupadas en una central de asociaciones denominada: Asociación Central de Productores de Cacao de Alto Amazonas, ubicada en las 4 cuencas del Paranapura, valles del Shishinahua y del Shanusi.
A través de la central, ya tienen sembradas más de 470 hectáreas de cacao en la provincia de Alto Amazonas, proyectándose a implementar una cadena productiva que rompa todos los esquemas imaginados.
El profesional, sostiene que Alto Amazonas tiene las mejores condiciones agroecológicas y edafoclimáticas, que nada tiene que envidiar de San Martín, y todavía con mejores ventajas comparativas con relación a la precipitación, pues acá llueve más y eso estimula la floración.
Añade que, inicialmente el campesino desconfiaba de la producción del cacao, pues creía que el suelo no era el más apropiado, y eso lo revirtieron con actividades de sensibilización y demostración, gracias también al involucramiento de terceras personas, como del actual alcalde Edwer Tuesta, en el 2010, y del Ing. Peterson Piña, gerente de la empresa de capacitación ABRECAMINOS.
Roan SANCHEZ, señala que en su centro de demostración tiene los mejores clones que ayudan a alimentar a todas las asociaciones; clones que experimentan sus propios ecosistemas, con plantas híbridas nativas muy provisorias, con una característica de cacao de origen, es decir un cacao especial, y que con la mezcla de clones, poseen un cacao diferente a la de san Martin, Cusco, y VRAEM, exclusivo para los derivados.
MERCADOS Y ECONOMíA ASEGURADA
Solo en la parcela demostrativa del Armanayacu, el centro tiene validada 18 has de cacao que ya está en producción, con 600 kilos por ha, cuya meta es duplicar en el 2015, y en cuatro años establecer 2500 kilos el promedio con manejo de tecnología en planes de nutrición, y masificación de clones.
“EL MERCADO no es un problema, ya que el cacao es un boom en la actualidad, el problema es la producción”, asegura Roan SANCHEZ.
“La demanda nos encuentra en esta oportunidad con las manos vacías, en Yurimaguas se paga más de 7 soles el kilo, y en Tarapoto, dependiendo del volumen y el procesamiento de la calidad, los compradores no pagan menos de 8 soles,”, agrega.
El profesional manifiesta que el cacao mejorará la calidad de la economía familiar de los productores, pues solo se siembra una sola vez y se aprovecha de 60 0 80 años. Con su asistencia técnica el campesino puede proyectarse de media ha., a 1 y luego a 2, a tres, y así se dinamizará la economía de los altoamazonenses.
Roan SANCHEZ, asegura que debe sembrarse el cacao en Alto Amazonas, y que alguien debe invertir en la capacitación de los hombres del campo, para que mañana más tarde, el campesino no vaya a pedirle un kilo de pescado al alcalde, sino a invitarle hasta una cerveza. (Roger Torres)