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sábado, mayo 4, 2024

García, el candidato de las propuestas cumplidas

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Estoy seguro que si Alan García el año 2005 en plena campaña electoral ofrecía reducir la pobreza en un 20% e impulsar el crecimiento económico del país en un 7.5% anual, la gran mayoría de peruanos hubiera tenido la misma opinión que muchos hoy tienen, es decir calificar ambas propuestas de populistas y demagogas; sin embargo, aunque a algunos todavía les cuesta creer el segundo gobierno de García alcanzó dichas cifras.

Echándole una mirada al año 2005 advertimos que existían menos motivos que en la actualidad para creer en el candidato García, ya que bastaba observar hacia los años 1989 y 1990 para no creer en él, a pesar de eso ganó las elecciones del 2006. Lo que para muchos resulta hasta ahora sorprendente es que al finalizar su segundo mandato presidencial, García gozaba de un 42% de aprobación, algo que es poco frecuente en la política peruana, ya que por lo general nuestros mandatarios dejan palacio bastante magullados, como ocurrió con Toledo que no superó el 33% de aprobación, pero más crítica aún es la situación de Ollanta Humala que ad portas de concluir su mandato apenas llega al 13% de aprobación. Dicen que obras son amores y ahí podría radicar la alta aprobación del gobierno de García que conjuntamente con los municipios alcanzó la cifra de 152 mil obras ejecutadas (Fuente INEI).

Bajo ese escenario, hay quienes con simple lógica refieren que si García fue capaz de ganar las elecciones el 2006 a pesar del mal recuerdo de su primer gobierno, con más razón tiene las de ganar el 2016 luego de haber conducido al Perú durante 5 años por la senda del crecimiento económico (7.5% anual) y haber reducido la pobreza en nuestra patria en un 20%.

Más allá de mi militancia partidaria y tratando de ser lo más objetivo posible, considero que el Perú de hoy no está para experimentos, creo que el peruano consciente reconoce que en el segundo gobierno aprista hubo firmeza y verdadera conducción del Estado, a diferencia del desgobierno y estancamiento económico que hoy vivimos por la confianza depositada en un proyecto político experimental como lo fue el proyecto nacionalista.

Alan García ha proclamado hace una semana su candidatura presidencial y con ella activó a nivel nacional la conocida maquinaria electoral aprista; parte en las encuestas como tercero, e incluso en mejores condiciones que le daban las encuestas el 2005; sus propuestas han empezado a marcar la agenda política nacional y no es para menos ya que han dado en el corazón de la problemática actual: Terminar con el abuso de las AFP y los altos intereses que se pagan por el uso de las tarjetas de crédito; reducir la pobreza al final de su mandato a un 10%; creación del canon comunal, es decir menos burocracia y más participación de las comunidades en relación a las ganancias por extracción de minerales; combatir la delincuencia con la presencia de las fuerzas armadas en las calles como apoyo a la labor policial; así como la construcción de importantes vías férreas en la costa y selva del país, entre otras ofertas que incluso algunos candidatos han empezado a repetir, felizmente para todos.

Los próximos meses serán clave para que el partido aprista demuestre su tan conocida fuerza proselitista a fin de llegar a la conciencia de más peruanos y estos puedan sopesar entre la experiencia de un buen gobierno y la experiencia de gobiernos improvisados que han producido estancamiento en ciertos sectores y retroceso en otros. Usted decide.

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