Conocí Bellavista en 1972 invitado por el Ing. Gilder Tello Flores, entonces administrador de la Agencia del Banco de Fomento Agropecuario, cuando era distrito de la provincia Huallaga. En el segundo gobierno de Fernando Belaunde Terry adquiriría el rango de capital de la nueva provincia del mismo nombre, por Ley N° 23844, del 31 de mayo de 1984. Don Leonidas Cárdenas Peñaherrera, de una familia de abolengo de la zona, sería su primer Alcalde Provincial. Ubicada a la margen izquierda del río Huallaga se accede a la ciudad por una carretera asfaltada, desde Lima, por el sur, y desde Tarapoto, el Alto Mayo y el Bajo Huallaga, por el norte.
Si bien el esplendor de Bellavista ya viene desde hace más de un siglo, por haber sido una zona ganadera por excelencia y centro del Huallaga Central, con el gobierno de César Villanueva Arévalo adquiere una dimensión e importancia geopolítica cuando se construye el puente sobre el río Huallaga y se asfalta la carretera San José de Sisa–Bellavista, completando un circuito vial que está potenciando el desarrollo regional, siendo ya un nuevo polo de desarrollo y poniendo en riesgo el predominio de Tarapoto, donde no se han implementado políticas que orienten su desarrollo urbanístico y ambiental haciendo de éstav una ciudad como la tierra de nadie y sin rumbo. Bellavista será el punto intermedio entre el Perú y el Brasil, con las ventajas económicas y sociales consecuentes.
Hace unos días visité Bellavista invitado por el periodista Genaro Sánchez Ramos, quedándome sorprendido por su ampliación urbana, convertida en una ciudad de cuatro pisos con amplias avenidas arborizadas y bosques urbanos que agradan a la vista, resultado de tres periodos de gestión de Salvador Campos Rodrigo. Aun antes de llegar a Bellavista ya se disfruta del verdor del paisaje con los espacios adecuados entre la carretera y las viviendas, totalmente lo contario a la carretera de Tarapoto a Moyobamba, del que estoy llamado la atención a las autoridades quienes, por respuesta, me devuelven mis cartas con el sambenito de “no tenemos dinero”, o me mandan al desvío o me pagan con sus silencios ominosos.
En el primer piso reside la población cuyos predecesores fundaron la ciudad y no quieren retirarse ni por el riesgo de las inundaciones anuales que las asolan. Las familias tradicionales siguen siendo los Cárdenas, Valles, Maldonado, Saldaña, Mozombite, Ruíz, Bardales, entre otros, cuyas descendientes mujers son posiblemente las más bellas de la Amazonía. Las plazas del tercer y cuarto piso, donde residen los inmigrantes que hicieron del cultivo del arroz la actividad principal mandando al olvido y a la historia la actividad ganadera, no me convencen pues me parecieron espacios públicos sin alma y sin espíritu.
El nuevo alcalde provincial, Ing. Yvan Guevara Gallardo, deberá consolidar un proceso de desarrollo ambiental y urbano sostenido, pues todavía en la zona de expansión urbana –por el sector Baños—quedan áreas libres y que será necesario preservarlas, y que dependerá de la visión que tenga la nueva autoridad municipal y he estado pensando en un gran espacio público, como un parque central en el futuro. Creo que con el actual gerente municipal, Lic. Fredy Herrera Rengifo, puede lograrse mi propuesta pues conozco su capacidad ejecutiva y ya le visitaré uno de estos días. Solo espero que me conteste el teléfono o me devuelva la llamada, lo que no hacen los altos funcionarios en sus días de gloria y cuando creen residir en sus propios Olimpos. (Continuará).