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viernes, mayo 3, 2024

¡Mamita!….. ¡La Contraloría!

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El Contralor de la República, desde que asumió sus funciones ha salido con la pierna en alto y la espada desenvainada. A través de sus declaraciones y de las medidas que propone, nos quiere decir que en el Perú todos son corruptos, o a un paso de serlo. No sé si es un exceso de protagonismo personal, porque, hasta donde sepamos, ¿qué de trascendente ha realizado mientras ocupaba el segundo lugar en el ente contralor? Me pregunto si como vice contralor, ¿le habría sugerido algunas de sus medidas que ahora propone al otrora inefable y anodino ex contralor?

Lo primero que el Contralor nos dice es que, todos los funcionarios peruanos, o son corruptos, o están a un paso de serlo si es que no los vigila la Contraloría. El hecho mismo de proponer que en cada proceso de obras públicas o de compras que se realice tiene que estar presente un representante del ente contralor, si ya no es un exceso, podría ya lindar en el idiotismo. Me recuerda a esas medidas que se proponían para eliminar la corrupción en el Poder Judicial: que a los jueces se los grabara y filmara.

Creo que es una expresión de la formación de las personas, lo que propongamos o lo que creemos. Si una persona vive en un mundo de corrupción vivirá creyendo que todos son corruptos. Desde mi punto de vista es parte de un proceso de corrupción mental, y lo que pretende hacer el Contralor es sumir al país en un Estado realmente policiaco, y no es ocioso especular sobre cuánto el jefe de cualquier servicio secreto quisiera tener un funcionario como el Contralor. El Contralor quiere constituir un super poder que, al final de cuentas, será un organismo tenebroso, terrorífico, y los verdaderamente corruptos terminarán sacándole la vuelta

Si ya somos una sociedad que vive en permanente miedo, tener agentes de la Contraloría en todas partes va a terminar construyendo un Estado corrupto. Sus agentes estarán en todas las entidades estatales con el ojo avizor y la mirada torva. ¿Por qué no avanzar en la reforma del Estado, la modernización de la gestión pública, además de políticas de desburocratización y simplificación administrativa? El funcionario Gilberto, teniendo al lado a un agente de la Contraloría ¿se sentirá tranquilo y en confianza, seguro en su trabajo? ¿Dónde queda la promoción de valores?

Cecilia Blume, en un interesante artículo publicado en el diario El Comercio, ilustra con sólidos argumentos que son deleznables los propósitos del Contralor. Alan García Pérez, en un discurso pronunciado el 2006, durante la campaña que le llevaría a su segundo desgobierno, pero que no recogieron los medios escritos, diría que el miedo que mete la Contraloría no permite que los funcionarios tomen las decisiones adecuadas y oportunas, siendo causa que muchas acciones del Estado se queden truncas. Diría también, que un funcionario denunciado por corrupto, no quiere decir que necesariamente lo sea.

Por el miedo que muchos funcionarios le tienen a la Contraloría tenemos funcionarios mediocres, que lo único que saben hacer bien es el cómo no comprometerse para no manchar sus dizque impecables currículums. Lo que necesitamos es contar con funcionarios honestos, íntegros, que lleven alegría a sus centros de trabajo. Hay un refrán que dice: el ladrón cree que todos son de su misma condición…El ´picarón´, que no se reconoce como tal, cree ver latrocinios en todas partes. Y los refranes no son ociosos, dicen los filósofos. [Escrito el 16.08.2016 ].

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