Aurelio Pastor, excongresista y exministro de justicia, como quien buscar adeptos a sus pretendidos anhelos de postulación al gobierno regional el 2018, luego de un periodo casi sin éxito en el Congreso y en el Ministerio de Justicia, toda vez que como congresista, obras a favor de San Martín, no llegó en su momento a satisfacerle al pueblo con el trabajo legislativo; y a través de su gestión en el Ministerio de Justicia, fue el gran escándalo por la liberación de muchos reos comprometidos con el narcotráfico.
Lo que quiero rescatar de Aurelio Pastor en una entrevista de una radio local, es lo real, cuando dijo sobre el gobernador de San Martín, Víctor Noriega, -“que no tiene liderazgo, y que no sabe qué hacer con la región San Martín”. Pero, acto seguido, como una actitud contradictoria de lo que decía, manifestó que no está de acuerdo con las revocatorias.
Claro pues, jamás va a estar de acuerdo con ningún tipo de revocatoria, porque si algo fue de político, siempre fue y ocupó cargos producto de la elección popular,(o de confianza por parte de su partido), y si está pretendiendo ser candidato el 2018, al GORESAM, también está queriendo congratularse con mensajes totalmente maquillados para que de repente el pueblo ponga su mirada en él, frente a otros candidatos que le harán buena pelea, y ese candidato ( esta vez con posibilidades a ganador el 99%) es su archienemigo, el médico Pedro Bogarín Vargas, de quien dijo también en la entrevista, ante la pregunta de que si votó por Bogarín, no tuvo la valentía de decir que sí o no, únicamente se escudó en su partido para decir que como aprista, él siempre vota por el Apra, a lo que arremetió inmediatamente contra Bogarín, indicando que como candidato que fue en las elecciones regionales, no tuvo ideas.
Si Aurelio Pastor dice, que Víctor Noriega no tiene liderazgo y no sabe qué hacer, es más, con el Magisterio san martinense en huelga indefinida, habrá que ser claros, no sabe qué hacer. Todo esto tiene una lógica, cuando era candidato, pensaba que estaba jugando, es decir, abiertamente decía, que la deuda social de los maestros será pagado, y se fue al extremo al decir, que ni siquiera debe haber ningún trámite por parte de los maestros, pues sus datos están registrados en la DRE. Es decir, no sabía lo que estaba ofreciendo, pues la mayoría de maestros que hoy están en huelga, (mientras él hablaba aquella burda promesa), hace ratos que habían tramitado sus documentos, con agónicas esperas de meses, y con idas y venidas entre la Ugel, el juzgado y la DRE.
¿Acaso los profesores exigen que se les pague con los gastos corrientes del Gobierno Regional, y que separen solamente un 5% para el pago respectivo? Los docentes no quieren ese miserable 5% y ningún tipo de “porcientos” de parte del Gobierno Regional.
La deuda que tienen con el Magisterio no es por parte del Gobierno Regional, sino por parte del Estado. El mensaje del Magisterio siempre ha sido y sigue siendo, que el GORESAM gestione ante altos niveles del Estado, para que éste se vea en la obligación y en el compromiso de destinar un presupuesto adicional bastante abultado para el pago de la deuda social, y de una manera especial a favor de los maestros, aunque ya lo dijo el gerente de desarrollo social de la GORESAM, que este presupuesto siempre viene en paquete para todos, es decir, también para los demás sectores.
En consecuencia, los maestros luchando toda una vida, con medidas de paros y extremas huelgas indefinidas permanentes, y otros sectores sentaditos sin salir de sus casas: la plata les llegará no por sí sola, sino por las luchas y sacrificios emprendidos por los maestros.
Se necesita entonces en la cabeza del GORESAM, no un incompetente que no tiene liderazgo y no sabe qué hacer con la región San Martín; tampoco se necesita uno que se conforme con el presupuesto que es exclusivo para el gasto financiero del gobierno regional, como viene sucediendo hasta el día de hoy. Se necita un gobernador de la talla de gestión de los gobiernos de Arequipa y Cuzco, que demostraron tener capacidad de liderazgo ante el Estado y que miles de docentes de esos lugares, ya recibieron y vienen recibiendo la deuda que el Estado les debe.
Entiéndase, esta deuda social, es una deuda del Estado, a raíz precisamente del recorte de derechos sindicales desde 1992, que dispuso el hoy tristemente célebre Alberto Fujimori, preso por delitos de lesa humanidad a 25 años de carcelería.
Desde aquella medida, intransigente, radical e injusta contra los maestros, de un gobierno fujimorista que puso la mirada de sabotaje contra el Estado, que normó sus propias leyes a su propia medida y ambiciones políticas, suprimiendo la Constitución del 79, y consagrando su propia e impuesta Constitución del 93 que rige lamentablemente hasta el día de hoy, sin atreverse ningún otro gobierno que llegó al poder, cambiar una sola jota de aquella constitución anti laboral, y contra los derechos económicos de los trabajadores, en este caso contra los derechos económicos de los maestros, hoy en huelga indefinida.
¿Responsables? No es solo Víctor Noriega, sino la gran responsabilidad la tiene el hoy congresista, César Villanueva, que estando en el GORESAM, casi diez años, y no haber gestionado absolutamente nada a favor de la deuda social, se merece aquél el repudio colectivo por parte de los trabajadores del sector salud y del magisterio, con más razón este último sector que agotó todas las coordinaciones sin ninguna solución por parte de aquel entonces presidente del Gobierno Regional de San Martín, y, esta misma negligencia e incapacidad de gestión, la heredó Víctor Noriega, lamentablemente para mala suerte de los maestros.