Es hora de dedicarle unas páginas al hombre que es parte de la historia: don José Ignacio Buenaventura Sebastían Morey Capdebou, el ciudadano mallorquí que arribaría a Tarapoto posiblemente a inicios de los años cuarenta del siglo XIX, y contrajo matrimonio con María Alegría Arias Bahamonde el año de 1844, como ya escribimos. Qué afortunado sería don José Ignacio pues desposó a la dama en segundas nupcias cuando ella tenía apenas catorce años. Si hubiera vivido en el presente siglo, los moralistas y cucufatos ya habrían salido con pancartas gritando y vociferando. [Ya escribiremos al respecto].
En la partida de nacimiento que remitió Federico Sarmiento Marchese al acucioso investigador Humberto Segundo Gallegos Arévalo, se lee que Josef Ignacio Buenaventura y Sebastián Morey Capdebou nació en La Palma, Isla Mallorca, España, el 15 de octubre de 1819, siendo hijo de Bartolomé Morey y Gerónima Capdebou, ambos también mallorquinos. Sus abuelos, según la misma partida que revisamos, se llamaron Melchor y Juana (paternos) y Josef y Francisca (maternos), y sus padrinos, los esposos Baltazar Morey y Catalina Vicens.
Cuando contrae matrimonio tenía veinticinco años, lo que permite especular que habría llegado al Perú a los veinte años, aproximadamente. Desconocemos los motivos por los que José Ignacio Morey llega al Perú a una edad temprana, pero por las evidencias que nos están proporcionando, se dedicaría con bastante empeño al comercio, como que varios de sus descendientes se convertirían, entre las dos últimas décadas del siglo XIX y las tres primeras del siglo XX, en políticos y comerciantes exitosos, en el periodo que Jorge Basadre llamaría el de la República Aristocrática, entre los años 1895 hasta 1919, cuando Augusto B. Leguía inicia el periodo que se conoce como el oncenio. La influencia de los Reátegui, rama de sus herederos, se prolongaría por todo el medio siglo, que ahora parece retomar.
En un interesante libro, al que pudimos acceder, gracias a Federico Sarmiento, encontramos información descrita por exploradores norteamericanos. De él deducimos que nuestro protagonista ya se encontraba desarrollando una importante actividad de negocios en el año de 1851. Traduciendo bola-bola el texto del inglés, leemos: “Hablé con un activo e inteligente joven comerciante español, llamado Morey, acerca de la posibilidad de establecer una empresa de buques de vapor para el servicio en estos ríos, trayendo productos americanos, y llevando de retorno cargamentos de café, tabaco, sombreros de paja, hamacas, y sarsaparilla hasta los puertos de Brasil por río”.
Escribir una crónica sobre la familia Morey-Arias es adentrarnos en la vida social, económica y política de la región San Martín, porque las implicancias de sus actividades y negocios tendrían un efecto dramático en la región amazónica. Su centro de operaciones fue el inmenso solar que quedaba en el lugar donde ahora funciona el Scotiabank, en Tarapoto, cuyas paredes de tierra apisonada vendrían desde la época del patriarca. En esos años Moyobamba era la capital de la Provincia de Maynas, del departamento de Amazonas. En julio de 1857 pasaría a ser la capital de la creada Provincia Litoral de Loreto, como ya explicamos. [Continuará].
Nota: El autor de la crónica es miembro de COMUNICANDO, una organización promotora del desarrollo agropecuario, ambiental y cultural, con sede en Tarapoto.