Se ha podido escuchar las críticas a Phillip Buters, luego de la lamentable expresión que tuvo ante un jugador de fútbol ecuatoriano, llamando cocodrilos de altura a la selección ecuatoriana y luego “Ustedes le hacen una prueba de ADN a Caicedo y no es humano, es un mono, un gorila”, refiriéndose al delantero ecuatoriano Felipe Caicedo.
Las autoridades tanto peruanas como ecuatorianas se pronunciaron rechazando tal versión, desde el Ministerio de Cultura calificaron la conducta de Phillip Butters de inaceptable a través de un comunicado, a lo que el comunicador ha considerado como una huachafería.
Desde ecuador el expresidente indicó que Butters no representa al Perú tal como lo dijo el principal aludido manifestando que esa actitud solo representa la falta de valores, complejo y odio de alguien que sufre por los demás.
Hasta ahí, la indignación se hizo sentir, pero, ¿estamos seguros que esa indignación realmente la compartimos a diario o solo en estos días por ser mediático?. Cuántas veces contamos los famosos chistes de negros, cuántas veces miramos con el rabillo del ojo a nuestros vecinos “shishacos” y solo nos acercamos a nuestros hermanos nativos para la foto, pero no nos interesa conocer su historia y su cultura.
Cuántas veces nos reímos y “disfrutamos” de la paisana Jacinta cuando lo único que se puede ver en esa serie, si se podría llamar serie, es cómo se discrimina a la mujer de la sierra, mostrándola como sucia, y sobretodo torpe.
Cuantas veces, las selváticas hemos podido escuchar que somos las “charapas ardientes”, solo por vivir en una zonas calurosa y que nos permite vestirnos con ropas más ligeras, y ser mujeres muy amistosas y de corazón abierto.
Sería bueno hacer un análisis de nuestro comportamiento, estamos en un país diverso, donde cholos, indios, negros, selváticos, compartimos una cultura rica, cada sitio con sus pecualiaridades que nos hace diferentes, pero que por nuestras venas corre una sola sangre que es la peruana, pensemos y preguntémonos si somos discriminadores.