Que edificante, constructiva y provechosa seria la instauración de una institución realmente inédita, una, escuela para electores.
Les causara sorpresa pero si analizan el asunto de seguro que nos concederán algo de razón.
Es que con tan solo observar los resultados de eventos electorales anteriores comprobaremos fehacientemente que como electores cometemos infinidad de errores.
No existe una cultura electoral, seria y formal a partir de la cual el uso del derecho a votar proporcione como resultado natural, la elección de persona o personas poseedoras de las cualidades, virtudes y méritos suficientes y necesarios como para que su desempeño en el cargo al que postularon, sea honesto y eficiente.
En mi modesta opinión, debería eliminarse como un propósito de enmienda, la inveterada costumbre de algunas tiendas políticas que, con el propósito de lograr firmas de ciudadanos en la vía pública, les ofrecen a cambio de la misma; una golosina, un lapicero, un cuaderno escolar, etc. Todo aquello que por su bajo costo pueda ser regalado sin generar un egreso importante de dinero al político que lo solicita.
Lo triste y penoso del asunto es comprobar con absoluta certeza, que en infamante “toma y daca” nos está gritando en la cara que continuamos siendo un pueblo que por su pobre nivel cultural y bajísima autoestima acepta semejante trato.
Mención aparte, la abominable actitud del equipo de campaña que carece de recursos para recolectar firmas decentemente.
Es hora de voltear la página, no deseamos padecer vergüenza ajena , con algo de ingenio y otro poco de neuronas consigan las firmas que necesitan, sin agraviar a la pobre gente acostumbrada malamente a querer que les regalen aunque, sea una cajita de fósforos . La escuela para electores; una empresa que deberían acometer los medios de comunicación de Tarapoto.
Que oportuno y conveniente sería un pronunciamiento del Jurado Nacional de Elecciones sobre el particular.