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viernes, abril 19, 2024

¡Que tal raza! Datos como cancha

Inicio el presente artículo condenando la nefasta violación a una mujer que cumplía labor de empadronadora en un Censo que no estuvo a la altura ética y logística que se esperó. Asimismo, mi solidaridad con todos los colaboradores del proceso que de alguna u otra manera han recibido agresiones físicas y verbales.

Ahora, voy a abordar el aspecto político del Censo 2017, recordando al estimado lector de Voces que una semana atrás exponía la importancia de dicho evento y su impacto en las Políticas Publicas del futuro, y sinceramente, jamás me hubiera imaginado que se llegaría a suscribir un convenio con una Universidad cuyo Fundador está en carrera presidencial al 2021. ¿Desde qué punto de vista es ético entregarle la información a dicha institución, propiedad de la familia Acuña, ligada a un partido político? ¿En qué medida afecta a la justicia como imparcialidad? Sin lugar a dudas, desde el punto de vista político, no existió neutralidad y me permito explicar algunos argumentos en tres tiempos.

Primero ¿Cómo la Universidad llega a firmar dicho convenio? ¿Fue acaso una iniciativa propia, invitación del INEI, permisibilidad del Gobierno? Cual quiera que fuese el origen la primera gran pregunta sería ¿Se publicitó esta prerrogativa con las demás universidades? no solo por el hecho de transparentar las cosas sino que existen Universidades acreditadas por SUNEDU que tranquilamente pudieran haber realizado está labor dentro del marco netamente académico. La segunda gran pregunta vendría a ser ¿Nuestro estado tiene la necesidad de hacer chancha para un evento tan importante, acaso, Ceplan y el MEF no pueden advertir este gasto?

Segundo ¿Qué es lo que ganó Acuña durante el Censo?, pues, publicidad en las casas de los peruanos que miraban con distintos matices que acá había gato encerrado. Y la solución no se trata como dijo el congresista oficialista, Carlos Bruce: “Sino le gusta el afiche, retírelo cuanto antes”.

Tercero, los que venimos estudiando campañas electorales, sabemos que el éxito de una justa electoral, en un mundo infoxicado, es precisamente contar con bases de datos confiables y robustas de tal manera que el mensaje segmentado vaya directo a la vena, no se extrañe amigo que en el 2021 reciba la llamada “Aló Señor Jaime que tiene 42 años y vives en una casa de abobe en la Banda de Shilcayo. Soy César Acuña, un católico, mestizo como usted. Vote por mí”.

Entonces, el Congreso de la República hace muy bien en citar al jefe del INEI a fin de que pueda responder no solo por el caso “Datos como cancha” sino por las políticas de protección de datos de los peruanos y los procedimientos de protección a los voluntarios del Censo.

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