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domingo, mayo 5, 2024

¡Así es pues, amigos!

La semana pasada llegó a mi muro del feisbook el mensaje enviado por un amigo que se refería a esas personas que una vez en el poder se olvidan de quienes han recibido servicios y apoyo. Inmediatamente hubo respuestas; todas que recordaban e insistían sobre el tema. Esta situación me dio coraje y valor para demostrarme que no estuve solo y que, siempre, ocurren estos casos de soberbia de aquellos que “gozan” a lo máximo sus cuartos de hora de gloria y que se masturban con sus orgullos y arrogancias. Pero observarán, amigos lectores, que no estoy diciendo nada nuevo. Porque la vida es así, y esto nunca se va a acabar.

Me motiva escribir este artículo la noticia que publicó el diario La República el viernes 03 de 2017, que se relaciona con la señora Marita Herrera, que funge de congresista [observen que no me refiero a ella como congresista]. Esta ciudadana está acusada por un “presunto viaje fantasma”, porque habría viajado al Ecuador, pero que ha presentado un informe sobre su semana de representación en el departamento de Amazonas. Pero esto que reseño, en los ciudadanos que están en el Congreso es un asunto que no sale de lo “normal”, porque mi tema va por otro lado. Lo casi anormal sería encontrar un congresista honesto; y los hay también, pero son pocos.

El reporte de La República dice que cuando le preguntaron a la ciudadana Herrera sobre ese ya famoso viaje, la respuesta fue “que le solicitaran una entrevista a través de su asesora”. ¡Así como lo leen! Pues, estos casos, relacionados a estas actitudes ocurren a menudo. Soy testigo que en cierta oportunidad le pidieron su número de celular a un presidente regional de San Martín. Quien le pedía era un señor que compartió carpeta con él en el colegio y le apoyaba económicamente como si fuera su hijo. La respuesta del alto funcionario fue: “¡Pídale a mi secretaria!”. ¿Qué le costó al presidente del CTAR de ese entonces, dedicarle dos minutos de su tiempo a alguien que había sido su apoyo permanente cuando estudiaban?

El periodista Gustavo Gorriti contaba que cuando ya Alejandro Toledo estaba en el poder, llamaba a Palacio de Gobierno y a los números de celulares de contacto, y ¡nunca le dieron la oportunidad de acceder a una cita! El conocido periodista estuvo con el futuro bribón en la Marcha de los Cuatro Suyos, en julio de 2000. Gorriti fue uno de los baluartes de su campaña política. ¿Qué es de Toledo hoy día? Pues prisionero de sus propias mentiras y embustes y a quien le falta honor para venir a responder por supuestos latrocinios, que ya no serían ´supuestos´.

Terrible es cuando las personas son mareadas por el poder, que siempre será efímero. Es parte de la miseria humana cuando estos grajos son también manipulados para creer mentiras, como es el caso que voy a describir ligeramente, porque a mí me ocurrió algo similar. Cuando quise entrevistarme con un ex director del Fondeagro, que ya se había convertido en un poderoso ejecutivo, y yo estaba “pateando latas”, no quiso recibirme, y a través de la secretaria de “su” entidad me hizo decir que si quería hablar con él ´tenía que solicitarlo por escrito´. ¡Y pensar que a ese miserable le había apoyado con todo lo que pude para que haga realidad su proyecto! Fue el golpe más duro y perverso que recibí en mi vida de alguien a quien pocos ya consideran una persona decente… ¡Así es pues, amigos!

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