Desde que se inició la gestión Philco, ésta se ha caracterizado por denuncias de escándalos que hablan de corrupción en diferentes estilos.
Todo empezó cuando se descubrió cómo se estaba utilizando la caja chica, pues servía para comelonas del alcalde y sus funcionarios, con almuerzos y cenas luego de sesiones de concejo que no necesariamente era de consumo de los funcionarios. Tanto había sido el consumo que desde ese entonces, el alcalde afirmaba estar con los triglicéridos elevados, y vaya que se notaba cómo subía de peso.
Otro tema que sigue en investigación, es el pago de un auditorio para la presentación de la marca Morales, que luego de corroborar fechas y actividades se vio que nunca hubo la utilización del ambiente para tal fin, por ello son investigados algunos exfuncionarios y también el alcalde. Cabe recordar que el alcalde vivía en un condominio que era controlado por la administración del hotel.
Y así, solo por mencionar dos casos de los diversos escándalos que se conocían en la gestión de Carlos Philco Balvín, quien en varias oportunidades, indicaba que iba a realizar el mantenimiento de las calles con el pago de los tributos, que ahora sabemos, al menos, en los últimos seis meses cómo eran manejados.
La repartija de los ingresos por alcabala en la municipalidad de Morales durante la administración que culminó el 31 de diciembre pasado, es una muestra más del despilfarro del dinero de los moralinos.
Sin vengüenza procedían a robar muchos soles que pagaban los ciudadanos de ese distrito, y ahora podemos entender, cómo es que no hay más obras y las que hay o están en líos judiciales o mal ejecutadas.
La Contraloría, junto a la Fiscalía ha intervenido, ojalá no sea una acción más, que va a demorar años y años en solucionar sino que se sancione a los responsables de inmediato y que sea un ejemplo para que las autoridades nuevas, piensen mucho antes de delinquir.