¿Manifestaciones por la paz en Juanjuí?
Por: Carlo Augusto Pérez
A propósito del titular de esta nota y ante tanto barullo mediático, es bueno dejar sentado que ‘Paz’ no es un término, concepto, clisé (cliché), o simple enunciado retórico que al vociferarla todos -literalmente-, se va hacer realidad como por arte de alquimia, no.
Tenemos que entender que, para lograr la tan ansiada paz colectiva es una problemática con raíces de fondo; ésta no será efectiva, si no la constituimos Justicia Social, es decir un estado de bienestar general que garantice la prestación de servicios públicos, necesidades básicas de los ciudadanos, acorde a los indicadores del Índice de Desarrollo Humano (IDH).
Además, sólo habrá paz cuando desterremos la siniestra corrupción que hoy se esconde en las sombras de todas las economías locales, regionales y el país habiendo penetrado en los núcleos de los poderes del estado y en la genética de la variopinta y codiciosa clase política que, con total descaro, ha hecho del aprovechamiento de los recursos públicos, socavando, los cimientos éticos y morales de la función pública.
La paz será lejana, si continuamos con la política del entreguismo y saqueo nacional de nuestros recursos estratégicos como la destrucción y deforestación irracional de nuestros frágiles bosques, poniendo en riesgo nuestra supervivencia, con los terribles efectos del cambio climático que hoy nos pasa factura.
En resumen, no habrá ‘Paz Social’ si no hay justicia y equidad de condiciones y oportunidades, especialmente para los que menos tienen, quienes están confinados a seguir viviendo en la lacerante pobreza y miseria.
En ese escenario, la pregonada paz -que se entiende, debe ser una construcción real, concreta y objetiva-, será puramente declarativa, un discurso vacío y encubierto que no soluciona nada, tal como ahora pregonan los mal llamados ‘demócratas’ del poder con su séquito de defensores en las regiones y provincias que ven amenazados sus abusivos intereses.
Estos, que en nombre de la paz y la democracia, no tienen reparos en profanarla y usar las fuerzas de la represión del Estado contra un pueblo que protesta, haciendo creer que así enfrentan al fantasma del terrorismo y el comunismo que, según ellos, ha tomado el control del país y, como tal, al que in surge, debe aplicarse el rigor de la ley por ser supuestamente ‘subversivo’ y ‘terruco’.
Es sin duda, la típica estrategia de estigmatización política e ideológica en su versión más grosera, irracional y peligrosa que debe acabar para que los que se creen “dueños del país y la verdad”, no sigan manipulando y dividiendo entre peruanos, mientras la población se debate en el abismo de la desigualdad social y la carencia.
Aquí nomás, si nos adentramos en los sectores marginales de Juanjuí, vamos a encontrar imágenes que grafican la tristeza y fatalidad humana. Mujeres, niños y ancianos viviendo y durmiendo en sus casuchas con el dolor del hambre y enfermedad, sin agua ni energía eléctrica. Allí está el abismo latente y crisis humanitaria que se amplía y nos parte el alma.
Cruda realidad que sigue develándose ante un sistema indolente y corrupto. No perdamos el sentido de la realidad, frente a una cruda e innegable situación de profunda anarquía económica, política y social que nos puede devorar como país.



