Los integrantes de la ronda campesina del sector Mayopampa, ubicado en el distrito de Morales, anunciaron que se unirán a los vecinos del sector Ricuricocha con el objetivo de proteger la laguna existente en dicha zona. Esta decisión surge ante la creciente preocupación por la escasez de recursos hídricos y la amenaza que representan las inmobiliarias que pretenden intervenir el área, afectando directamente el ecosistema y los medios de vida de la población.
César Castañeda Sánchez, presidente de la ronda campesina de Mayopampa, explicó que en esa zona existe una notoria carencia de agua para el riego de cultivos y la crianza de ganado. “El agua es cada vez más escasa, y si permitimos que se sigan destruyendo nuestros recursos naturales, la situación será insostenible para las familias que dependen de la agricultura y la ganadería”, afirmó.

Según indicó Castañeda Sánchez, los ronderos ya han sostenido reuniones con los vecinos de Ricuricocha, con quienes comparten preocupaciones similares. En estos encuentros, acordaron unir esfuerzos en defensa del medio ambiente, amparándose en sus estatutos comunales que les permiten actuar en favor de la conservación de los recursos naturales.
Uno de los principales temores de los pobladores es el avance de proyectos inmobiliarios que podrían generar una grave alteración del equilibrio ecológico en la zona. La deforestación, la contaminación del agua y la desaparición de fauna y flora son algunas de las consecuencias que buscan evitar a toda costa. “No queremos que pase lo que ha ocurrido en otros lugares, donde después ya no hay cómo recuperar lo que se ha perdido”, expresó el dirigente.
Por tal motivo, los ronderos de Mayopampa y los vecinos de Ricuricocha ya se vienen organizando para establecer guardias y acciones conjuntas. Su objetivo es frenar cualquier intento de intervención que ponga en peligro la laguna y sus alrededores. La población ha manifestado que está dispuesta a defender su territorio con firmeza, en defensa del agua, la vida y la sostenibilidad de su comunidad. Por: Hugo Anteparra



