En el Perú, solo 27 oncólogos pediatras para más de 1,800 nuevos casos de cáncer infantil al año
En el Perú, un niño con cáncer no solo enfrenta la enfermedad. También debe luchar contra un sistema de salud que, muchas veces, llega tarde. Mientras en Lima existen hospitales y oncólogos pediatras especializados, en regiones la realidad es muy distinta. Testimonios recogidos por RPP revelan que padres y madres deben abandonar su tierra para buscar esperanza en la capital.
Retman Huamán, de 36 años, es uno de ellos. Desde Ayacucho llegó a Lima con su hijo Abel, de seis años, tras recorrer puestos de salud y hospitales sin obtener un diagnóstico claro. El 3 de julio, en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), confirmaron la noticia más temida: leucemia linfoblástica aguda tipo B. Desde entonces no han regresado a su pueblo. «Aquí la economía en Lima cuesta más y todo está a muy alto precio, y la plata que uno tiene rápido se va. En el hospital me dijeron que tenía que traer a mi donante, pero no conocemos a nadie», pide Retman, quien busca con urgencia sangre O+ para su pequeño.

La situación de Abel es la de muchos niños. Cada año se diagnostican más de 1,800 nuevos casos de cáncer infantil en el país, según la OMS. Sin embargo, existen apenas 27 oncólogos pediatras colegiados en todo el territorio nacional, de los cuales 25 están en Lima, uno en Arequipa y otro en La Libertad. A esto se suman apenas 7 hematólogos pediatras, cuando el Perú necesita al menos 128 especialistas más para cubrir la demanda, según la OPS y el MINSA.
El INEN cuenta con 15 oncólogos pediatras y tiene 8 más en formación. Sin embargo, al año reciben 1,100 pacientes nuevos y el 60% proviene de regiones. Para la doctora Rosdali Díaz, directora del Departamento de Oncología Pediátrica del INEN, el diagnóstico temprano no depende exclusivamente de un oncólogo pediatra. “El diagnóstico se puede hacer desde el primer nivel con un hemograma, ecografía o examen físico. No necesitamos una alta especialización para detectarlo”, asegura.
No obstante, voces críticas como la del doctor Raúl Urquizo, exdecano del Colegio Médico del Perú, advierten que no cualquier médico general está capacitado para detectar cáncer infantil. “Si para nosotros que somos especialistas no es fácil, imagínese un médico general. Muchos centros ni siquiera tienen equipos básicos como hemogramas o radiografías de tórax. Así no se puede garantizar un diagnóstico temprano”, señala.

En los últimos cinco años, el INEN informó que logró reducir la mortalidad de cáncer infantil del 65% al 13%, un avance significativo. Sin embargo, los padres de familia afirman que las desigualdades persisten. Karina Pujay, presidenta del Colectivo Cáncer Infantil, que agrupa a más de 800 familias, lo resume con dolor: “En el Perú, la vida de un niño con cáncer depende del dinero que tenga su familia, no de su derecho a la salud”. Denuncia además que la Dirección de Prevención y Control del Cáncer del MINSA devolvió más de 56 millones de soles de presupuesto, mientras pacientes quedaban sin apoyo.
Hoy solo cuatro regiones —Lima, Cusco, La Libertad y Junín— cuentan con un instituto especializado en cáncer. La mayoría del país sigue sin acceso a especialistas ni equipos. En esas condiciones, la distancia y la falta de recursos se convierten en tan mortales como la propia enfermedad.



