Confrontando las acusaciones que pesan en su contra, la alcaldesa Lluni Perea salió al frente para defender su gestión y deslindar responsabilidades.
En declaraciones a la prensa, aseguró que ha tomado decisiones incluso a riesgo de su libertad. “Vine a servir a mi pueblo, no a servirme de mi pueblo”, afirmó, subrayando que su motivación nunca fue el beneficio personal.
La autoridad municipal reconoció que enfrenta varias denuncias en el Poder Judicial, principalmente en dos frentes: la obra de los baños en los mercados y el caso de los humedales de Ricuricocha. En este último, sus críticos sostienen que una ordenanza impulsada por su gestión permitió la invasión y destrucción de un ecosistema vital.
Aunque no negó las acusaciones, Perea apuntó hacia su equipo de confianza: “Mis gerentes cometen errores, pero la alcaldesa es la culpable”. No obstante, aseguró que no pretende evadir su responsabilidad y que asumirá los procesos legales: “Sabré llevar cada juicio que me toque”, sentenció.
Finalmente, lamentó que el período de cuatro años de gobierno resultara insuficiente para concretar más obras en beneficio de la población. “Hubiera querido que la gestión sea más larga, para hacer más”, concluyó.




