Semblanza:
Irrumpe en el campo literario esta escritora sanmartinense sorprendiéndonos con una prosa cadenciosa y lenguaje depurado, en un estilo propio, personal, lo que le valió el Primer puesto en los Juegos Florales Sanmartinense (2012) con el cuento: “La niña de la lluvia”
La publicación de su 2do. Libro “Agosto” demuestra además su aguda capacidad de observación de nuestra realidad en sus variados temas que acuciosamente aborda: creencias populares, conflictos familiares, desencuentros sociales, fantasmas que nos acosan desde la infancia, conflictos de amor, prejuicios, sueños y misterios.
Helena: Es uno de los cuentos inscritos en su primera entrega. La historia tiene la característica de ser realista. Incluso en la primera parte es una crónica de hechos históricos suscitado en el conflicto armado sostenido con el vecino país del Ecuador; El personaje central es una víctima de esta conflagración al punto de quedar mutilado al perder una pierna. Tiene 50 años, pero se siente como el hombre más viejo del mundo. Y no sólo la guerra; también su esposa murió y quedaron solo los dos Don Cayetano y su hija Helena con sus 18 años, costurera. Ella cargó a diario con el mal humor de su padre, con la severidad de don Cayetano, extremadamente riguroso con su hija, ¡Quién no hubiera querido acercársele! Tan fina y agradable con su andar risueño; pero todos temen los ataques de ira de su padre. Él se sabe inflexible pero no puede evitarlo. La guerra lo devolvió herido y amargado. Solo con Braulio, un futuro maestro de escuela se parece entender.
Pero la vida está hecha de sueños – ilusiones – y realidades. Helena esta ilusionadamente enamorada del carpintero del frente a su casa, un poco – regular diríamos – mayor que ella; lo que no le permite mirar con otros ojos las posibilidades prácticas y a la vez amorosas que tiene junto a ella en Braulio.
En su entusiasmo de adolecente, vuelca sus apasionados sentimientos en páginas de intensa poesía. Pero el no; más bien le decía: “Hola Helenita: pequeña saltamontes. Ella desolada corría a llenar de poesías su cuaderno.
“Es angustiosa la realidad que anida en mi pecho al saber que respiras lejos donde no puedo escucharte, al saber que tu mirada de pájaro puede volar sobre otros cielos más azules”
Don Cayetano y Braulio acababan diciendo.- “Ya se le pasara es como una enfermedad, como un mal aire.
El amor con el carpintero no era ni de lejos razonable; él más bien parecía andar por mal camino.
Todo esto contrastaba con el genio atrabiliario, amargado de sus padre que lo marcó la guerra, de cuyo final hasta se sentía traicionado. Esa era su realidad.
II
Pero la guerra no solo lo devolvió lastimado en lo físico sino también sentimentalmente ya que se había enamorado profundamente de la combatiente Olga Panduro: Tan bella, alta y esbelta que parecía irreal. Pero Olga murió en una refriega, un feroz enfrentamiento. Tanto la amó que se esforzaba en no pensar en su novia Ana María con quien iba a casarse. Pero Ana insistía escribiéndole, encendidos poemas inclusive.
Él tuvo que aceptar la realidad y se casaron.
Cayetano nunca pensó contar esta historia a su hija; pero lo hizo para que entienda.
Pero!
¡Basta ya! – Le dijo casi gritándole. ¡Eres como tu madre! Basta ya: que no se repita. “Las locuras de amor no se curan, sólo se heredan”.
Entonces Helena comprendió Todo en este feliz desenlace.
“Esa noche padre e hija se reconciliaron. Rieron, recordaron. Desde entonces comenzarían a andar juntos en la vida lejos de la poesía, pero llenando en los cuadernos escolares una Oda a la Felicidad”