Por: Edy Tirado
De acuerdo a Wikipedia, “la política es una rama de la moral que se ocupa de la actividad, en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por hombres libres, resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva (…), y respecto a la antipolítica deduciríamos, per contra, como la actitud de aquellos que se oponen a la política, que conspiran contra ella, o que simplemente no les interesa la política, que prefieren dedicarse a sus propios intereses y no al bien común, como bien lo ha dicho el actual presidente Uruguayo Pepe Mujica, “La política no es un pasatiempo, no es una profesión para vivir de ella, es una pasión con el sueño de intentar construir un futuro social mejor; a los que les gusta la plata, bien lejos de la política”.
No hay que perder de vista que el que proclama su oposición a la política, es necesariamente político, muchas veces hace más política el que no desaprovecha un espacio para emitir juicios negativos contra la política y sus protagonistas que los que están en una militancia partidaria.
La antipolítica se expresa en diversas posiciones y manifestaciones, por ejemplo hay antipolíticos que gozan de aprecio de su población, que les ruegan para asumir la conducción de su ciudad, o para ejercer cargos, sin embargo rehúyen, podríamos calificarlos como los antipolíticos de la abstención o el egoísmo, por su actitud personalista, pues prefieren lo personal o individual a lo colectivo.
Hay también los antipolíticos por decepción, es decir lo que por una u otra razón, renuncian de la política, llegando incluso a renegar de ella, y en algunos casos, hasta terminan odiando todo lo que tenga que ver con la política.
Otra modalidad de hacer antipolítica, es asumiendo un papel pasivo respecto a la política, este a diferencia del que ha renunciado al ejercicio de la acción política, nunca se ha visto involucrado en política, es aquel que prefiere vivir un poco al margen de la sociedad.
Y los antipolíticos activos, son los que critican todo lo relacionado con las formas de hacer política, muchos de ellos asumen papeles incluso antidemocráticos, se sectarizan, asumen papeles de crítica frontal y constante con cualquier actividad política, en realidad hacen de la antipolítica un método y acción de hacer política.
Desde otra vertiente tenemos a la antipolítica acrítica, asumen esta actitud los hombres que niegan todo lo que venga de la política, generalmente sin ofrecer nada a cambio, ni se opone ni propone, gozan subrayando y haciendo conjeturas de los aspectos negativos y positivos de la política con neutralidad, los viene y les va respecto a lo que pase con la política, son los indiferentes.
Queda claro que la antipolítica es una actitud propia de aquellos que se oponen a la política, que por acción u omisión conspiran contra ella, o que simplemente no les interesa la política, que prefieren dedicarse a sus propios intereses y no al bien común.
En conclusión, negar la importancia de la política en una sociedad libre es absurdo, la expresión de la política a través de los partidos, los sindicatos, etc., constituyen instrumentos valiosos para construir consensos que conduzcan al bien común, que tienen desviaciones es verdad, pero son necesarios sin embargo no constituyen un fin en sí. Con todas sus imperfecciones, limitaciones o errores, prefiero la política a la anti política.