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miércoles, mayo 14, 2025
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No basta derogar la modificación de la ley forestal ¡Paremos la deforestación en San Martín y la Amazonía!

Por: Teócrito Pinedo Arévalo

Nos parece meritoria la decisión del GORESAM de rechazar abiertamente la modificación de la Ley Forestal, promulgada atropelladamente por el presidente del Congreso, junto a ello, promover la recolección de firmas que viabilice su derogatoria. Saludamos también la reacción oportuna de la máxima autoridad regional frente a los destrozos en su territorio. Pero también advertimos del cinismo del Parlamento, cuyas decisiones de la mayoría de congresistas son controladas por las mafias, hoy empeñados en modificar la ley de minería para dar carta blanca a sus patrones, los mineros informales. Ante estas desvergonzadas actitudes las medidas planteadas por el GORESAM no bastarán.

Necesitamos complementar con algo más contundente, y la experiencia nos señala el camino, la movilización de la población con sus organizacionesconvocada y liderada por el Gobernador Regional Walter Grundel, junto a sus funcionarios y técnicos, llamando a toda la población a expresar su rechazo a la devastación de nuestros bosques, dando un plazo al Congreso para su derogatoria o archivamiento. Mientras, debe hacer un llamado a los demás gobiernos regionales de la Amazonía que hasta hoy no se han pronunciado, para coordinar una medida de lucha unitaria de mayor envergadura, en defensa de nuestra existencia.

Viene al caso recordar lo hecho por Cesar Villanueva en su momento, ante el inminente inicio de perforación exploratoria por una empresa petrolera en la Cordillera Cerro Escalera, la masiva movilización de la población revirtió el problema con una norma del Tribunal Constitucional, permitiendo declararle Intangible como Área de Conservación Regional. Estas acciones resultarían, además, propicias al Sr. Grundel, mejorar su perfil de gobernante.

Si bien nuestras luchas pueden parar esta abusiva norma, con ello no resolvemos el problema de la deforestación. Este no es de hoy ni de ayer, es de siempre.La realidad es mucho más cruel para nuestros bosques, somos la región más deforestada del país; con ley o sin ella, con organismos del Etado defensores y protectores del medio ambiente, con funcionarios remunerados con la contribución de todos los peruanos, la deforestación y depredación sigue imparable e inmisericorde, con pleno conocimiento, omisión, indiferencia o complicidad de dichos organismos.

Las evidencias están a la vista en San Martín, en el año 2019, un aproximado de 150 mil hectáreas fueron deforestadas, el año 2020, 200 mil hectáreas. Si esto es lo que viene ocurriendo con toda la andanada de normas e instrumentos tecnológicos de gestión vigentes, que dicho sea de paso cuesta millones de soles en consultorías para su elaboración y actualización, con cero resultados de preservación, ¿qué futuro le espera a la amazonía?

En 2010, San Martín tenía 451 kha de cobertura arbórea, que se extendía por el 93% de su zona terrestre. En 2022, perdió 3.74 kha de cobertura arbórea, equivalente a 2.42 Mt emisiones de CO₂.

¿Qué hacer ante esta realidad?

Pasará la euforia y la foto de la protesta, mientras frenéticamente y sin ningún control continúan deforestando los migrantes pobres que buscan en la tierra su sobrevivencia, los empresarios que pretenden legalizar hoy lo deforestado, los mineros informales, madereros ilegales, narcotraficantes, lotizadores de predios rurales.

Hay que tomar al toro por las astas, sugerimos al GORESAM, convocar un evento regional a las entidades públicas involucradas en el tema como el ANA, ARA, gobiernos locales, gremios profesionales, empresariales, organizaciones de la sociedad civil, frentes de defensa, rondas campesinas, Colectivos como M500 de Moyobamba, pequeños productores y en particular a las Comunidades Nativas, que el domingo 7 del presente, reunidos en Lamas con la Ministra del Ambiente Alvina Ruiz, denunciaron al gobierno y al Congreso su falta de compromiso con la amazonía, el abandono que les tienen frente a las mafias, ratificando su compromiso de defensa de su habitad, incluso con la muerte.

Una agenda muy concreta:

  • ¿Por qué no se cumplen las normas tal como están dadas? ¿Ineficiencia o corrupción de los responsables?
  • ¿Qué hacer para que se apliquen y se cumplan? Plantear soluciones
  • Elaborar estrategias participativas que ayuden a concretar las soluciones, desde la oficina burocrática hasta el predio en el campo.
  • Establecer la rendición de cuentas con metas precisas, como mecanismo de control periódico del desempeño de las organizaciones como ARA, ANA y otros.

Si no hurgamos a profundidad este problema, nunca tendremos la claridad para proponer e implementar medidas que de una vez por todas emprendan tener resultados, así, en el tiempo andaremos teniendo control efectivo de lo que ocurre en nuestro territorio.

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