En la ciudad de Moyobamba se encuentra el atractivo que convocó a miles de personas.
El turismo en la región San Martín cerró el primer trimestre del año con cifras positivas en relación con los objetivos anuales: tanto el turismo receptivo (proveniente del extranjero) como el interno aumentaron, siendo el impulso generado por la Semana Santa fundamental para este último grupo.
Según la plataforma oficial del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), el destino turístico que más personas va atrayendo, son los “Baños termales de San Mateo”, considerado ícono turístico del Alto Mayo, ubicado en la ciudad de Moyobamba, región San Martín, ocupa el tercer lugar después del Circuito Turístico del Agua en la capital del país y La Reserva Nacional de Paracas.
Entre enero y marzo del 2024 consiguieron atraer 204 mil personas, cifra que está muy por encima de otros destinos que se podrían considerar más populares. Macchu Picchu, por ejemplo tuvo casi la mitad de turistas, con un total de 112 mil visitantes, superando incluso a la explanada Sacsayhuamán, que durante el mismo periodo atrajo 173 mil turistas.
Los Baños Termales de San Mateo surgen gracias a la filtraciones de agua que brotan del Cerro San Mateo, de donde estos baños adquieren el nombre. Las aguas que brotan de la corteza terrestre, fluyen hasta unirse con corrientes superficiales, mismas que permiten que el agua se tempere a 42°C.
Las frías aguas del Rumiyacu, pasan por en medio de este centro recreativo aumentando el sentir de estar cerca de la naturaleza. Asímismo hay chorros rústicos para ducharse antes y después de entrar en las pozas y piscinas. Algunos de estos chorros son de agua tibia y otros de agua fría.
Físicamente, parte del encanto de las pozas termales de estos baños, se encuentra manifestado en sus construcciones rudimentarias, elemento que hace que el viajero se sienta más en contacto con la naturaleza. Las aguas que nutren las pozas rudimentarias de los Baños Termales de San Mateo, son 6 y son ideales para combatir problemas como el estrés, el insomnio, problemas reumáticos, la Artritis Reumatoidea, dolores de espalda, rigidez articular, entre otros.
Se conoce, que la popularidad de estos baños empezó entre la década del veinte y el treinta del siglo XIX cuando sus fuentes eran mayormente utilizadas por los pobladores de la ciudad, quienes tenían que pasar por el lugar para comunicarse con otros pueblos como es el caso de Jepelacio. Fueron estos primero individuos quienes descubrieron las propiedades curativas de las aguas de San Mateo, hecho que trajo como consecuencia la habilitación de un sendero que mejorara el acceso al lugar, y que por lo tanto permitiera un mayor número de visitas al recurso.