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martes, abril 22, 2025
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LA PUNTA DE LANZA – Exploración minera en la Región San Martín

En principio trataremos de dilucidar brevemente la situación sobre los posibles proyectos de explotación de recursos minerales de alto valor económico en nuestra región, con un vistazo de la realidad local y sus necesidades, las implicancias de si estamos dispuestos y preparados para ejecutar proyectos que requieren manejo ambiental complejo en un escenario delicado.

Nuestro país aún adolece del centralismo inconsecuente sobre la distribución de la riqueza, se suma la necesidad de contar con capitales extranjeros de explotación que seducen y por la cual muchos están dispuestos a todo, teniendo en cuenta que la informalidad y la formalidad ineficiente en actividades de explotación afectan otras regiones, contaminando su suelo, agua y recursos, esto dicho sin ser extremistas ni tendenciosos, basta con revisar un poco.

Nuestra región está enclavada en un espacio geográfico de bosques tropicales y subtropicales, posee abundante biodiversidad, ojos de agua, ríos y quebradas de origen boscoso, un sistema de cuencas de cordillera subandina, tenemos dos temporadas claras, seca y húmeda. Es la región que mayor impacto ha sufrido por la extracción de madera y expansión de la frontera agrícola. El desarrollo económico sustentado en estas actividades no ha logrado ser sostenible ni promisorio para el campesino, no se ha logrado mejora sustancial en la calidad de vida, inducidos por el consumismo, la realización personal y felicidad llega a través de los medios de comunicación y las redes de internet, se busca vivir en la ciudad, tener comodidades plásticas y materiales, en ciudades donde la oferta de empleo es escasa, recurriendo al trabajo de mototaxi como principal medio de subsistencia, con incremento exponencial del parque motorizado y tránsito vehicular, resultando en accidentes casi a diario. Esta situación ha incrementado además la presión demográfica generando una sobrevaloración de los predios en las ciudades, las personas dejan el campo y venden la tierra a precios irrisorios, tierras que en la mayoría de casos han quedado totalmente empobrecidas siendo purmas y pastos poco productivos por falta de manejo.

Por otro lado, hay conceptos que la población tiene claro, que el clima está cambiando, que las sequías son más fuertes, el calor más insoportable, y cada vez es más difícil lograr dinero y alcanzar los sueños propios y mucho menos el de los hijos. También es importante mencionar que  la información tecnológica ya está al alcance de todos con un simple teléfono celular, con acceso a ver experiencias productivas de otras latitudes, esto hace que se vuelva a mirar el campo con la esperanza de desarrollo, muchos están volviendo a las antiguas chacras para convertirlas en fundos productivos, otros están cuidando sus remanentes de bosques y quebradas con fines turísticos, usan información técnica para mejorar la producción, se van adaptando a los cambios, usan bicicletas, evitan el sobreconsumo, saben que va venir la lluvia, saben que pueden lograr revertir, sembrar y aprovechar la tierra, buscan recuperar estos espacios, el último boom del cacao de este año hizo a muchos despertar y correr a abrazar al abuelo que aún cuidaba la chacra.

Aquí, en esta parte del planeta llueve y se puede cosechar agua para el verano, aquí crece tal palo, tal planta, tal árbol, aquí se puede recuperar y abrir nuevas oportunidades laborales, ecoturismo, agroecología, protección de especies, investigación, aquí se puede sobrevivir y convivir con el medio ambiente, produciendo y tecnificando. Aquí ese motocar podría ir cargado de frutos del campo, y no sólo dar vueltas como carrusel en la ciudad, aquí se puede lograr ese famoso valor agregado de negocios circulares acordes a los tiempos y necesidades. Pero la pregunta es el cómo, cómo dirigir la mirada de nuestra población mayoritaria a realizar  actividades productivas que logren satisfacer esas nuevas necesidades, cuál es el rol del estado y cuál es el rol de nuestra sociedad en su conjunto, universidades, instituciones educativas y también esos valores forjados en cada casa, cual es la meta común y el destino planificado que debemos seguir, acciones sociales y políticas que abarquen más que oportunismos e individualidades, sino que contagien al resto de ese ¡si se puede! que se grita en las tribunas cuando el Perú se juega un partido perdido, pero que acompañamos con fe y amor patrio hasta el final. O acaso seguiremos siendo ese pueblo que espera milagros. Debemos ser tecnológicos y realistas sobre las acciones a tomar en pro del bien común, donde el esfuerzo y logros sean aplaudidos y no sólo envidiados. Donde el conocimiento, la interpretación y el análisis sean compartidos, porque de nada sirve la información sino somos capaces de utilizarla y ponerla en práctica, pero rescatando siempre que cada cual reciba lo que su esfuerzo amerita.

Dicho esto, podemos resumir teóricamente que será un gran proyecto minero que generará millones, que podemos ser ambientalmente responsables, que podemos explotar esos minerales y vivir la fantasía de la bonanza económica que genera la fiebre de la plata y el oro, que se va generar empleo y canon,  prometer que se invertirá en desarrollo de colegios y hospitales de última generación, que todo será mejor y más rápido, que lograremos muchas oportunidades para todos y hasta salvar ríos con tecnología de punta, así podemos argumentar esa y cualquier otra verdad a medias. Pero la realidad es que no hemos logrado conciencia ni sensibilidad ambiental respecto a nosotros y el entorno en que vivimos, no hemos podido aún limpiar ni implementar sistemas de tratamiento de aguas residuales en ninguna ciudad de la región, no logramos manejar nuestros residuos sólidos, los vertimientos y desagües van a los ríos y quebradas,  los organismos de estado a cargo, multan a diestra y siniestra a pequeños y microempresarios pero no asumen su verdadero rol de solucionar estos problemas, pues no son prioridad y no se logra su ejecución por burocracia y falta de competencia técnica. Se suma la crisis hídrica de agua potable y la informalidad sin impuestos. Entonces esta situación y muchas otras nos demuestra que no estamos listos, pues no hemos aprendido a cuidar el agua ni el medio, mucho menos podremos exigir que se respeten los cuidados en un proceso extractivo que implica usos industriales de insumos químicos, donde exigir sería toda una hipocresía.

Por tanto, podemos decir que antes de ir a explotar una supuesta riqueza mineral y que tengamos luego que combatir informales y delincuentes que destruyen ríos, quebradas, flora y fauna, (que va ser lo que ocurrirá si HANNAN EXPLORATION o quien venga diga, ahí hay plata, oro o cobre y con eso saldrán de la pobreza). Debemos trabajar primero en solucionar los graves problemas ambientales que ya tenemos.

Contamos con la tierra y la lluvia que otras culturas desean, demos valor a la sostenibilidad y la tecnología de producción. No podemos justificar alterar espacios con características de abundancia ecológica sólo por fines monetarios. No podemos sacrificar una fuente de agua sin haber logrado tener una alternativa ética y responsable.  Antes de ello, seamos congruentes con trabajar para limpiar el agua residual antes de devolverla a los ríos, esos ríos que gritamos a viva voz que se están secando y llenan las redes de tiktoks, logremos educar ambientalmente a nuestra gente. El beneficio a largo plazo de esfuerzos sostenibles debe primar ante la oportunidad efímera de la explotación de recursos minerales. Ya hemos talado, ya hemos quemado, detengamos estas costumbres y rehabilitemos la tierra, no sólo físicamente sino también desde adentro, desde la compresión, no pongamos en mayor tela de juicio nuestra moralidad y responsabilidad humana, asumamos un rol solucionador en esta era de conflictos, usemos la inteligencia para soluciones y no para complicarnos más la existencia.

He tratado de ser lo más coloquial posible para no remitirnos sólo a números, estadísticas y alarmas, buscando llamar a la reflexión sobre estos puntos y otras posibilidades que se deben evaluar. En un estado democrático se debe tener en cuenta la opinión y sentir de la sociedad, y partiendo de que el derecho a un ambiente sano y equilibrado es un derecho fundamental y colectivo, conforme lo señala nuestra carta magna, este tipo de actividades de exploración y futura probable extracción de minerales debe ser sometida a consulta, por cuanto en el supuesto de una ejecución de extracción nosotros como sociedad, específicamente San Martín, seremos los principales perjudicados con las consecuencias del probable daño ambiental, por lo que conforme a lo antes señalado debe primar el principio precautelatorio a efectos de prevenir cualquier desastre ambiental. Para finalizar debo enfatizar en la responsabilidad al asumir acciones personales y comunitarias sobre el cuidado de nuestro medio – ambiente para poder tomar decisiones sobre el futuro, sin reflexionar no podemos avanzar.

Bruno Fernando Mendoza Wong
CIP 107077
Consultor  Ambiental

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