21.7 C
Tarapoto
miércoles, abril 16, 2025
spot_img

Formación del Carácter en la Niñez: Vital y Perentoria Necesidad

Resulta realmente alarmante observar el verdadero “diluvio” mundial de adolescentes, jóvenes y adultos (cronológicos) andando por las calles totalmente desaseados, vistiendo ropa de dormir, o “shorts”, calzando pantuflas, “chancletas” o sandalias de jebe, absolutamente negligentes al cuidado personal más básico. Asimismo, abundan los “chicos” sin conciencia de expresiones tan elementales del civismo como “hola”, “buenos días”, “por favor”, “gracias”, aún dentro del seno familiar.

Esta visión exterior, evidentemente, es reflejo del estado mental interior de estas generaciones que no han sido formadas en los más mínimos criterios de sociabilización y “ética” (entendida etimológicamente como la formación del carácter y la virtud) entre otros aspectos de lo que nos hace “personas”.

Esta decadencia es un proceso multifactorial que viene acentuándose desde hace unos 500 años, pero que se ha desbordado en estas primeras décadas del tercer milenio.

Así, por ejemplo, lo expresaba en 1948 el sabio francés Dr. Serge Raynaud de la Ferrière:

“Hemos visto la política, los gobiernos y muchas otras grandes organizaciones del orden social y económico conmoverse ante la destrucción y la corrupción de los seres y atribuir esta causa a otras razones de orden exterior (hambre, bancarrota, privación de lo necesario, caos organizado por las guerras, órdenes de ciertas políticas).”

“Estos hechos son efectos y no causas. ¿Acaso las grandes predicciones no han anunciado desórdenes para nuestra época? “Sabe que en los últimos días habrá tiempos difíciles pues los hombres serán egoístas, amigos del dinero, fanfarrones, soberbios, blasfemadores, rebeldes a sus padres, ingratos, irreligiosos, insensibles, desleales, calumniadores, intemperantes, crueles, enemigos de la gente de bien, traidores, arrebatados, hinchados de orgullo, amando el placer más que a Dios…” (II Timoteo, Cap. 3, ver. 1 al 5).”

“No tenemos sino que examinarnos con sinceridad para reconocer que cada uno de nosotros puede tomar para sí, por lo menos, una parte de la profecía del apóstol Pablo. ¿Y cómo es posible no avergonzarse por la descripción de tales realidades? ¿Qué hemos hecho con el Don de Dios que Jesús recuerda a la Samaritana? No solamente ignoramos lo que es ese magnífico Don de Dios, sino que arrastramos a las futuras generaciones a la misma vida de desarreglo que la nuestra y que va dejando a nuestros hijos sin dirección intelectual o moral, y si les damos alguna, es falsa, porque nosotros mismos, la generación anterior, hemos perdido el sentido de la Verdad, el sentido de las palabras, la gran lección que se desprende de la creación entera. Hemos fundado nuestra civilización sobre jerarquías en medio de agrupaciones limitadas, centrales, fábricas, oficinas, sindicatos, clubes y círculos de toda clase, con múltiples objetos, en detrimento y desprecio del origen de la más importante y única: la célula familiar.”

Un ejemplo de ello es la llamada “EDUCACIÓN LIGHT”, como bien la ha denominado el Profesor trujillano José Pérez Jiménez (Diario “La Industria”, 23/05/ 2012,) educación que ha afectado terriblemente a varias generaciones, con resultados catastróficos de ese mal llamado “progresismo” y el confundido “constructivismo” educativo devenido en indisciplina total.

De ahí que URGE tomar cartas en el asunto, desde la conciencia en la familia, hasta todas las instituciones sociales, aplicando lúcida y sabiamente, por ejemplo, aquello que indicaba el autor antes mencionado, cuando cita las saludables visiones de Nietzsche, quien demandaba urgentemente ir más allá de la simple instrucción hacia la EDUCACIÓN:

“La instrucción se resume a la simple transmisión de una enseñanza dada a la juventud por el maestro. “¿Por qué lazo?, se pregunta Nietzsche, ¿el estudiante está ligado a la enseñanza que él recibe en la Universidad?” Y él responde: “por la oreja”. El profesor enseña y un cierto número de orejas escuchan. Sucede también que el profesor dicte sus cursos y mitad al menos de manos y orejas se ponen a garrapatear notas. He ahí el aparato escolar. He ahí cómo desde un tiempo inmemorial, él funciona. El único modo de selección es el examen, es decir un interrogatorio al cual el candidato trae una respuesta, u oral o escrita, generalmente toda hecha y extraída de los repertorios o en notas tomadas bajo el dictado. Toda la edad de la juventud se pasa en preparar exámenes que se refieren a una infinidad de materias, salvo sobre la única cosa esencial, aquella que permitiría de prever si el examinado es capaz de “querer” y si él está en medida de “prometer”. El estudiante termina sus estudios sin jamás haber probado la menor curiosidad a propósito del sujeto de ese problema esencial que toca por tanto al valor profundo de la “personalidad”.

“La educación pretende, al contrario, cultivar, es decir “formar” el ser viviente. Ella es esencialmente un “adiestramiento” que se traduce por actitudes de respeto, hábitos de compostura, delicadezas de tacto. Ella es una “selección” que trabaja a formar grupos escogidos, a crear sobre todo un culto de los valores superiores, por donde una buena sociedad se desata de un medio ambiente vulgar. Y esos valores superiores son puestos fuera de discusión. Ellos caerían infaliblemente en descrédito si aparecieran como el resultado de un cálculo o de un razonamiento.” (continuará)

Este y muchos temas más serán desarrollados en el XII CONGRESO MUNDIAL PARA EL TALENTO DE LA NIÑEZ del 4 al 8 de agosto en Arequipa-Perú. Información e inscripciones en: www.congresotalento.org o www.elicnet.org. WhatsApp: +56 9 8839 9523.

Artículos relacionados

Mantente conectado

34,615FansMe gusta
436SeguidoresSeguir
1,851SeguidoresSeguir

ÚLTIMOS ARTÍCULOS