«Recortar promoción turística: un golpe a San Martín y al Perú»
Por: Beto Cabrera Marina
El turismo no solo mueve economías, conecta culturas y transforma comunidades. Desde San Martín pedimos algo sencillo: que nos permitan crecer, que no nos corten las alas antes de volver a volar.
Desde la prensa regional existe apoyo sin que éste sea reconocido por el estado ni contados grupos de interés, pero, nuestro principios e ideales tienen bases la solidas para seguir en esta terca lucha.
El Congreso de la República ha aprobado en primera votación un dictamen que modifica la Ley que crea el Fondo y el Impuesto Extraordinario para la Promoción y Desarrollo Turístico Nacional. La medida reduce del 80% al 50% el porcentaje de recursos destinados a PromPerú, entidad encargada de la promoción turística del país.
Esta decisión resulta preocupante no solo porque golpea directamente a un sector que aún no logra recuperar sus niveles prepandemia – los arribos internacionales siguen 27.8% por debajo de 2019 -, sino porque confirma una vez más que el Legislativo actúa de espaldas a la realidad nacional.
El Fondo de Promoción Turística, creado en 2003, tenía un objetivo claro: financiar actividades de promoción y desarrollo del turismo, en beneficio de toda la cadena de valor asociada al sector. Lejos de fortalecer esta lógica, el Congreso opta por debilitar la herramienta más efectiva que ha tenido el país para posicionar su oferta turística en mercados internacionales.
La falta de coherencia en el planteamiento congresal es evidente: mientras se recortan los recursos destinados a promoción – clave para atraer visitantes y generar ingresos – se pretende que otras entidades, como el Plan Copesco Nacional, asuman funciones para las cuales no han demostrado capacidad suficiente de ejecución.
Desde las regiones, se percibe con mayor claridad la gravedad del error. En San Martín, por ejemplo, los esfuerzos por impulsar un turismo sostenible son aún limitados. Contamos con abundantes recursos naturales y culturales, pero no con la capacidad instalada necesaria para promover un turismo verdaderamente responsable. Lo que necesitamos con urgencia es mayor promoción, capacitación de empresarios turísticos y formación de guías, no menos inversión en esas áreas.
Reducir el presupuesto para la promoción turística significa abandonar a su suerte a miles de iniciativas locales que, sin el respaldo de estrategias nacionales de marketing y formación, difícilmente podrán despegar. El Congreso no solo les da la espalda, sino que amenaza con hacer aún más lento el proceso de recuperación de nuestras economías regionales.
En 2019, el monto devengado para la promoción del turismo a cargo de PromPerú ascendió a S/ 215 millones. En dicho año llegaron 4.4 millones de turistas extranjeros. En 2024, el monto ejecutado por la entidad para dicha función ascendió a S/ 176 millones. Los turistas internacionales que ingresaron en dicho año fueron 3.3 millones. Recortar el presupuesto destinado a este fin sería contraproducente
A cinco años de la pandemia, el turismo peruano merece despegar. En lugar de recortar los recursos de su principal motor de promoción, se deberían buscar mecanismos que fortalezcan las capacidades locales y permitan un crecimiento sostenible y articulado. El país no puede seguir siendo rehén de decisiones políticas improvisadas que ignoran la realidad sobre el terreno.
No es posible construir futuro si se legisla con los ojos vendados. El turismo regional necesita visión, compromiso y recursos, no recortes ni excusas. Perú merece algo mejor.