El mensaje es claro: depredar sale gratis
Las iniciativas legislativas buscan premiar a los ilegales con beneficios tributarios.
Por: Beto Cabrera Marina
En lo más profundo de la Amazonía peruana, donde los ríos dibujan rutas de vida ancestral y los árboles aún susurran secretos milenarios, una amenaza silenciosa y devastadora crece sin freno: la minería ilegal. Bajo la apariencia del oro fácil y el progreso económico inmediato, se esconde una de las mayores crisis socioambientales del país.
Según el Observatorio de Minería Ilegal (OMI), solo en la región Madre de Dios se han detectado más de 28 mil alertas de actividad minera sin control estatal. Loreto y Amazonas no se quedan atrás: sus ríos se llenan de balsas dragadoras que extraen toneladas de sedimento, mercurio y vida, dejando atrás un desierto tóxico donde antes florecía la selva.
La destrucción en tiempo real
El avance de la minería aluvial ilegal, esa que arrasa riberas con retroexcavadoras y contamina ríos con mercurio, está causando un daño irreversible. No solo erosiona la tierra: desgarra el tejido social, desplaza comunidades, fomenta la trata de personas y alimenta redes del crimen organizado.
“El río está enfermo”, resume con crudeza el líder indígena Tabas Canayo. Su pueblo ha visto morir peces y árboles. El agua, antes fuente de vida, ahora es una amenaza. Canayo denuncia que los mecanismos de formalización, como el Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo), han sido usados como cobertura para seguir operando ilegalmente. A días de su vencimiento, crecen las presiones políticas para extenderlo, favoreciendo a quienes destruyen la selva con impunidad.
La fractura del Estado
En este escenario, el Estado aparece ausente y secuestrado. Las fuerzas del orden son insuficientes o, peor aún, cómplices. Mientras tanto, iniciativas legislativas buscan premiar a los ilegales con beneficios tributarios. El mensaje es claro: en Perú, depredar sale gratis.
Pastor Alipio Morín, desde Requena, en Loreto, intenta cambiar las cosas desde abajo. Organiza diálogos comunitarios, difunde información y trata de generar conciencia: “Muchos piensan que el oro es una bendición, pero en realidad es veneno. Nos están matando sin darnos cuenta”.
Una solución colectiva y urgente
Frente a este panorama, IRI Perú convocó a un diálogo virtual con expertos, autoridades y líderes sociales. Las propuestas van desde inteligencia financiera para seguir el rastro del dinero ilícito, hasta la necesidad de una intervención estatal fuerte y coordinada. Se insistió en proteger a defensores ambientales, promover alternativas sostenibles y fortalecer el rol de las comunidades amazónicas como guardianas del territorio.
“La minería ilegal no solo contamina, también corrompe y divide”, advirtió uno de los panelistas. Sin un enfoque integral que combine justicia ambiental, derechos humanos y desarrollo sostenible, la Amazonía podría convertirse en un páramo estéril, devorada por la ambición de unos pocos.
Reflexión final
La Amazonía está al borde del colapso. El oro que brilla en el mercado global se tiñe con la sangre de los ríos y el llanto de los bosques. Urge una reacción del Estado, pero también de la sociedad: no podemos seguir siendo cómplices silenciosos de la destrucción total o parcial de nuestra casa natural.
LEYENDAS
Hitos claves del avance de la minería ilegal en la Amazonía, desde la creación del Reinfo hasta el reciente diálogo convocado por IRI Perú. Esta visualización complementa la crónica al mostrar cómo, a lo largo del tiempo, las medidas del Estado han sido insuficientes o incluso contraproducentes frente al crecimiento de esta actividad ilícita.
Principales impactos sociales y ambientales de la minería aluvial ilegal. La contaminación del agua y las enfermedades por mercurio aparecen como los efectos más severos, seguidos de la deforestación y la pérdida de biodiversidad. También destacan los graves daños sociales como la trata de personas y los conflictos en las comunidades.