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domingo, junio 15, 2025
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Sexo, amor y otros placeres de la lengua (Segunda entrega)

Marco Aurelio Denegri (1938-2018) Intelectual especializado en sexología, lingüística y crítica literaria. Cursó estudios en la Universidad de San Marcos, fundó y dirigió la revista Fáscinum, publicó artículos en el diario El Comercio, escribió libros de temática diversa y condujo durante varios años los únicos programas culturales de la televisión, A solas con Marco Aurelio Denegri y La función de la palabra. Con el título MAD Marco Aurelio Denegri. Sexo, amor y otros placeres de la lengua, la editorial DEBATE publicó la compilación de cien artículos que Marco Aurelio publicó en su columna semanal del diario El Comercio, entre los años 2013 y 2018. De los cien artículos publicados comparto extracto de algunos de ellos:
  1. La locura del amor-pasión. Según Rosa Montero, el amor-pasión es en primer lugar enajenante y en segundo lugar es una especie de ensueño que se deteriora en contacto con la realidad y finalmente tiene vocación de fracaso: siempre se frustra y nunca se cumple. (Página 85). El alienatus o alienado, es el loco, el que no es dueño de sí. El amante apasionado tampoco es dueño de sí, porque, al fin y al cabo, la pasión amorosa es una forma de locura.” (Página 123)
  2. El amor apenas existe. José Ortega y Gasset decía que: el amor es un hecho poco frecuente y un sentimiento privativo de algunas personas. Enamorarse, según Ortega y Gasset, es un talento maravilloso de unos cuantos seres humanos. Muy poco pueden ser amantes, y muy pocos amados.” (Página 87)
  3. El punto G, cada vez, menos operativo y respondón. El sexo no puede competir con la droga, ni con el alcohol. Desde mediatos de la década de 1980 las mujeres toman tanto como los hombres, o más que los hombres. Una de las consecuencias de ellos es que lubrican menos. Otra consecuencia es que hay mujeres cada vez menos multiorgásmicas y menos con el Punto G operativo y respondón.” (Página 96)
  4. El hombre teme a la mujer con furor uterino. Cuando el hombre padece de una arrechura incontrolable se dice que es paciente de satiriasis; vocablo que deriva de sátiro. Según la Academia, el furor uterino es el “deseo violento e insaciable en la mujer de entregarse a la cópula”. Se trata, por supuesto, de una apreciación masculina. El hombre teme el furor uterino porque sabe que la mujer con furor uterino lo puede agotar y secar. Por eso la imagina loca y devoradora.” (Página 99)
  5. A los impotentes y frígidas les molesta el gozo de los demás. En materia erótica estamos en la prehistoria. Hemos dado algunos pasos adelante; pero aún queda mucho por avanzar”. En un mundo así, que no ríe y que no sabe gozarlos seres humanos padecen el mal gravísimo de la querofobia, porque efectivamente los impotentes y las frígidas de la tierra sienten un disgusto morboso de la alegría de los demás (que son los menos).” (Página 111)
  6. El insoportable ser humano. “Se por experiencia —confiesa Ribeyro— que no puedo soportar la presencia de una persona más de tres horas. Pasado ese límite, pierdo la lucidez, me embrutezco, las ideas se me ofuscan y al final, o me irrito o me quedo sumido en un profundo abatimiento.” (Página 121)
  7. El mundo no lo creó Dios, sino el Diablo. Es un sinsentido suponer, que el universo es obra de un creador. Bertrand Russell se reía de este pseudoargumento, porque inferir un creador es inferir una causa. Se podría decir entonces que el universo no se originó por un creador, sino espontáneamente. Si se admitiera que el universo es obra de un creador, habría que preguntarle inmediatamente al creador, ¿por qué tuvo la ocurrencia de hacer algo tan mal hecho? Los agnósticos por eso manifestaban que el mundo no lo creó Dios, sino el Diablo, en un momento en que Dios estaba descuidado.” (Páginas 129,130)
  8. Es normal que nuestra pareja sea incompleta. Distingo el sentimiento amoroso con la pasión amorosa. La pasión es propia del enamoramiento y el erotismo. Es ganosa, apetente y posesiva. En cambio, el sentimiento amoroso, es afecto, ternura y cariño. Por eso Nuestra pareja no puede colmarnos en todos los sentidos, no es una deficiencia, no es un defecto; es normal.” (Páginas 149,150)
  9. Amar no es un mandamiento. “El amor —decía Kant— concierne a los sentimientos, no a la voluntad, no existe pues el deber de amar”. Igual apreciación tiene Bertrand Russell: “El amor no puede ser un deber, porque no está sujeto a la voluntad”. Dice una glosa popular: “Amor no ha de ser forzado. Sino del alma nacido”. Hermann Hesse declara: “No existe la obligación de amar, sino la obligación de ser feliz” (Página 155)
Bibliografía:
Denegri, Marco Aurelio. Sexo, amor y otros placeres de la lengua. Artículos publicados en El Comercio (2013 y 2018). Editorial DEBATE. Lima, 2019

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