El VI Congreso de Emprendedores por la Amazonía (CEA 2025), realizado en Tingo María, no solo dejó cifras alarmantes y diagnósticos conocidos, sino una urgencia que atraviesa cada uno de los desafíos planteados: la necesidad de actuar en bloque. El desarrollo económico sostenible de la Amazonía peruana no podrá alcanzarse mientras las regiones amazónicas continúen atrapadas en disputas de intereses locales, en visiones fragmentadas y en la inercia de políticas centralistas que no responden a la realidad amazónica.
Dennis Pereyra Díaz, economista invitado al congreso, ha expuesto con claridad los cuellos de botella: un sistema financiero que asfixia a los emprendedores con tasas de interés que bordean el 100%; una falta crónica de seguridad jurídica sobre la propiedad de la tierra; una conectividad que mantiene aisladas a las regiones; y una demarcación territorial inconclusa que alimenta conflictos y bloquea la inversión. Estos no son problemas nuevos, pero siguen sin resolverse porque las respuestas han sido dispersas, débiles y sin una agenda común.
La Amazonía necesita dejar de ser vista como un “territorio a intervenir” y empezar a hablar con voz propia y unificada. La verdadera integración no se logrará con discursos bien intencionados, sino con acuerdos políticos sólidos, visión compartida y liderazgo regional que priorice el bienestar colectivo sobre los intereses particulares. No se trata de negar las identidades locales ni las diferencias entre regiones, sino de articularlas en un proyecto estratégico que permita negociar de igual a igual con Lima y con el mercado global.
La propuesta del tren bioceánico que conectaría Brasil, Pucallpa, Tingo María, Huánuco, Pasco y el puerto de Chancay —presentada durante el congreso— es un símbolo potente de lo que se podría lograr si actuamos en conjunto. Proyectos de esta magnitud solo son posibles si hay voluntad política, articulación interregional y visión de largo plazo. Lo mismo aplica para la seguridad jurídica, la reforma financiera y la planificación territorial: sin unidad, no hay presión suficiente para que el Estado actúe ni confianza suficiente para que llegue la inversión.
El reto de San Martín y la Expo Amazónica
La próxima Expo Amazónica, anunciada también durante el congreso, será una nueva oportunidad para convertir los compromisos en hoja de ruta. Pero no basta con ferias ni declaraciones. El documento final del evento, la “Declaración Tingo María”, debe ser más que un acta simbólica: debe marcar el inicio de una agenda amazónica con objetivos claros, plazos y responsabilidades.
La Amazonía tiene un inmenso capital natural, cultural e hídrico. Pero el verdadero recurso estratégico que aún no hemos logrado movilizar es la voluntad de actuar como bloque. Si queremos romper con la exclusión histórica y transformar nuestra economía, el tiempo de la unidad es ahora. Dejemos atrás los regionalismos estériles. Solo juntos podremos exigir el respeto, la inversión y el desarrollo que nuestra región merece. Por: Beto Cabrera