El reciente encargo del ingeniero civil Elí Guerrero Loayza como nuevo Director Regional de Agricultura de San Martín (DRASAM), mediante Resolución Ejecutiva Regional N.° 146–2025–GRSM/GR, ha encendido una fuerte alarma entre los profesionales del agro y la ciudadanía.
La decisión ha sido duramente cuestionada por la Asociación de Agrónomos de San Martín (AARESAM), quienes consideran que se está poniendo en riesgo el desarrollo estratégico de un sector clave para la región.
San Martín es una región eminentemente agropecuaria: el 30% del PBI regional proviene directamente del agro. Productos como arroz, maíz, cacao, café y palma no solo sostienen la economía regional, sino que generan empleo para miles de familias. Sin embargo, hoy más que nunca, el sector parece navegar en piloto automático.
Desde la AARESAM advierten que no hay proyectos en ejecución para mejorar u optimizar cultivos estratégicos. “La gestión actual ha abandonado al agro a niveles históricos”, señala el pronunciamiento emitido por esta organización civil. Y la reciente designación no hace más que confirmar una preocupante falta de planificación y visión técnica.
Elí Guerrero Loayza es ingeniero civil de formación y ya ocupaba funciones como Director Regional de Transportes y Comunicaciones. Ahora, asume simultáneamente la cartera agrícola, un área que demanda conocimiento especializado en ciencias agrarias, manejo de suelos, cadenas productivas y gestión del territorio rural.
Ante este panorama, las preguntas surgen con urgencia: ¿tenemos un norte en el desarrollo agrícola regional? ¿Cuál es el plan de acción frente al estrés hídrico anunciado para los próximos meses por especialistas en cambio climático? ¿Qué se está haciendo en materia de ordenamiento territorial y titulación rural, aspectos esenciales para dar seguridad jurídica a los agricultores?
La Asociación de Agrónomos pide corregir el rumbo y designar en el cargo a un profesional con formación agronómica, que conozca el territorio y tenga la capacidad de liderar una política pública coherente, con enfoque sostenible y participativo.
“Se necesita liderazgo técnico, no solo administrativo. Sin un piloto experto, este barco agropecuario va a la deriva”, advierten.
Mientras tanto, las parcelas esperan riego tecnificado, los pequeños productores reclaman asistencia y el suelo fértil de San Martín se sigue cultivando más por tradición que por estrategia. El agro, que debería ser el motor de desarrollo, corre el riesgo de seguir siendo el pariente olvidado en la mesa de decisiones del Gobierno Regional.