Estar colegiado y habilitado en el Colegio de Ingenieros del Perú – Consejo Departamental San Martín (CIP CDSM – Tarapoto) no solo es un requisito legal, sino también una responsabilidad ética con la sociedad, el gremio y el propio profesional. La colegiatura permite al ingeniero integrarse a una institución que lo representa, orienta y defiende, mientras que la habilitación garantiza que cumple con los estándares técnicos, éticos y formativos necesarios para ejercer la profesión con responsabilidad.
Así lo destacó Marco Antonio Isminio Ramírez, decano del CIP CDSM – Tarapoto, quien remarcó que estar colegiado significa formar parte de una entidad que regula y respalda a sus miembros, y que la habilitación confirma que el profesional está capacitado técnica y éticamente para asumir retos que afectan a la sociedad.
Desde el CIP Tarapoto se promueve de forma constante la actualización profesional, el cumplimiento del Código de Ética, y el acompañamiento técnico en procesos que implican responsabilidad civil, ambiental o estructural. “Un ingeniero habilitado es sinónimo de confianza, calidad y compromiso con el país”, afirmó el decano.
Asimismo, pertenecer al Colegio brinda múltiples beneficios, como la participación en programas de capacitación y especialización continua, acceso a asesorías técnicas, respaldo gremial, representación en temas de interés regional y nacional, posibilidad de integrar comisiones, proyectos o grupos de trabajo, además del uso de infraestructura institucional y convenios con diversas entidades.
En una región en crecimiento como San Martín, el papel del ingeniero se vuelve clave en sectores como infraestructura, salud, agricultura, medio ambiente y tecnología. Por ello, el CIP CDSM – Tarapoto reafirma su compromiso de promover un ejercicio profesional basado en la ética y la calidad, asegurando que cada proyecto lleve el sello de un ingeniero colegiado y habilitado.
Finalmente, se recuerda que, de acuerdo con la Ley N.º 28858, todo ingeniero debe contar con su Certificado de Habilitación para ejercer funciones en entidades públicas, privadas o de manera independiente. Esta exigencia refuerza la importancia de formalizar la práctica profesional y contribuir activamente al desarrollo del país desde la ingeniería.